El jefe de gabinete, Nicolás Posse; el ministro del Interior, Guillermo Francos; y el secretario de Trabajo, Julio Cordero, mantuvieron en Casa Rosada la primera reunión con la Confederación General del Trabajo (CGT) desde que Javier Milei asumió la presidencia en diciembre pasado. Con foco en el proyecto de reforma laboral incluido en la ley ómnibus, los gremialistas se mostraron dispuestos a discutir cambios en materia laboral, pero reclamaron al Gobierno la homologación de paritarias, tras el conflicto con Camioneros. No obstante, el Gobierno aclaró que "no se homologarán paritarias por encima de la inflación", en lo que fue el punto más crítico del encuentro. "Fue una buena reunión", señalaron. La intención del Gobierno era apuntalar ejes clave de la ley de Bases, en especial los apartados referidos a la posible reforma laboral, que el gobierno primero intentó establecer por decreto pero que luego fue frenado por la Justicia tras una presentación de la CGT. No obstante, Milei fue más modesto que en sus intenciones iniciales y redujo la reforma, sin ingresar en terreno espinoso que pudiera recibir cuestionamientos de los gremios.
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