En un clima de incertidumbre y fuertes tensiones internas, el oficialismo lucha por retomar la iniciativa en la Cámara de Diputados con una serie de proyectos que gozan de cierto consenso con la oposición. La “agenda productiva”, que ya había sido impulsada sin éxito durante las sesiones extraordinarias de febrero, también representa para el gobierno de Alberto Fernández una oportunidad de mostrar resultados en medio de las críticas -internas y externas- por la parálisis de la gestión.
El Frente de Todos busca dar un golpe de efecto en la Cámara baja y ya convocó a una sesión especial para el jueves a las 11. Esto quiere decir que podría condicionar la sesión pedida por Florencio Randazzo y otros diputados opositores para debatir la Boleta Única de Papel a partir de las 12. Sucede que, si el oficialismo consigue los 129 legisladores para el quórum, se aplazará la discusión que quiere llevar adelante Juntos por el Cambio con otros bloques. En cambio, si el FdT no llega a los 129, comenzará a correr el reloj para que la oposición siente a sus diputados y habilitar la sesión.
“El kirchnerismo realizó una maniobra burda para evitar que avance la Boleta Única. Evidentemente, el oficialismo le teme a la transparencia electoral y prefiere la trampa”, dijo Mario Negri, presidente del bloque UCR. “Esto es como la división de los bloques de senadores, una maniobra grotesca e infantil que denota desesperación del Gobierno”, agregó.
“Los tres proyectos tienen dictamen de comisión, trabajo parlamentario y acuerdo”, retrucaron desde la bancada que conduce Germán Martínez.
A pesar de la poca actividad parlamentaria, durante las últimas semanas, Juntos por el Cambio había logrado marcar los tiempos e instalar algunos temas incómodos para el Frente de Todos como la implementación de la Boleta Única de Papel, el proyecto de Ficha Limpia y un nuevo ajuste para los créditos UVA. También le impuso al oficialismo el tratamiento de la reforma de la Ley de Alquileres: primero amenazó con convocar a una sesión especial, luego puso una fecha límite (11 de mayo) para lograr un acuerdo en la comisión de Legislación General tras las demoras en la unificación de posturas.
Sin embargo, esta tarde el oficialismo logró avanzar con su propia agenda y obtuvo dictámen en Legislación General a la prórroga por 90 días del régimen de incentivo a la Construcción Federal, destinado a promover el desarrollo o inversión en los proyectos inmobiliarios realizados en la Argentina. La iniciativa, impulsada por Sergio Massa y Cristian Ritondo, prevé beneficios tributarios para el sector de la construcción, entre ellos, el blanqueo de fondos en el exterior no declarados que se podrán repatriar para proyectos inmobiliarios a realizarse en el país.
A su vez, desde el oficialismo señalaron que habilita “un puente al empleo” ya que los titulares de programas sociales que sean contratados por el sector de la construcción en el marco de proyectos alcanzados por el régimen podrán mantener los planes por 360 días.