Euforia en el larretismo y resignación en el bullrichismo. Así puede sintetizarse la sensación predominante en los equipos de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por el resultado de las PASO en Santa Fe. Aun así, en ambos sectores encuentran motivos el día después de las primarias para creer que la victoria de Maximiliano Pullaro los puede terminar beneficiando en la puja presidencial.
En las filas del jefe de Gobierno interpretan que el triunfo de su candidato, un radical de la fracción de Martín Lousteau, es una convalidación de la apuesta por la ampliación del espacio opositor que propone Rodríguez Larreta, de igual forma que lo es la decisión del precandidato a gobernador santafesino de enfocarse en las propuestas para resolver los problemas de la provincia y no contagiarse del estilo agresivo de la campaña electoral de su adversaria, Carolina Losada.
“En Santa Fe ganó el diálogo y perdieron los gritos”, afirmó un operador del larretismo en alusión directa al estilo duro de Bullrich, convencido de que lo que sucedió en las urnas en esa provincia es un respaldo a la impronta moderada del alcalde porteño. “Era evidente que Maxi (Pullaro) estuvo apoyado por Horacio (Rodríguez Larreta) y eso es lo que votaron los santafesinos”, sostuvo.
Para los operadores larretistas, además, la victoria de Pullaro es una demostración de que “las encuestas pueden servir de poco” porque “ninguna daba una diferencia de 11 puntos sobre Losada”. Si bien es una reflexión curiosa en un sector político que basa su estrategia justamente en los sondeos en el electorado, ahora afirman que podrían estar equivocados los relevamientos entre los votantes de todo el país que “desde hace 4 meses anticipan un escenario muy parejo entre Horacio y Patricia”.
“Había encuestadores que decían que Pullaro y Losada estaban cabeza a cabeza. Algunos de ellos son los mismos que dan una ventaja de Patricia sobre Horacio o que los dan casi empatados. Por eso no creemos que las encuestas en esta época reflejen exactamente el voto de la gente”, advierten.
A partir de estas conclusiones, disparadas por las PASO santafesinas, en el larretismo no piensan cambiar la estrategia electoral. Piensan que los batacazos electorales de aliados como Claudio Poggi en San Luis y Marcelo Orrego en San Juan, a los que suman el triunfo de Pullaro en Santa Fe y la probable victoria de Ignacio Torres el 30 de julio en Chubut, donde se elige gobernador, son indicativos de una tendencia que se afirma en todo el país de dirigentes en sintonía con Larreta.
Para los bullrichistas, ese enfoque es erróneo. Admiten en reserva que quedaron golpeados por la derrota de Losada, a quien Bullrich y Mauricio Macri apoyaron decididamente, pero aseguran que preveían ese resultado y que lo que pasó las PASO de Santa Fe no se puede extrapolar a la pelea presidencial en Juntos por el Cambio. “En el interior la gente vota motivada por la problemática provincial y pesan mucho los candidatos con experiencia y que estuvieron en lugares importantes, como Maxi Pullaro”, dijo un colaborador de la precandidata de JxC a la Presidencia al destacar que el ganador de las primarias santafesinas fue ministro de Seguridad del gobernador Miguel Lifschitz.
“Ni Patricia ni ninguno de nosotros hablamos mal de Pullaro. Fue una estrategia de Carolina (Losada) apuntarle a sus supuestos vínculos con el narcotráfico, pero por lo visto fue una equivocación”, admitió el referente bullrichista, que incluso reveló que la ex ministra de Seguridad le pidió a la precandidata a gobernadora que moderara sus acusaciones en el tramo final de la campaña.
¿El triunfo de Pullaro es una reivindicación del estilo dialoguista y la concepción de ampliar Juntos por el Cambio y, a la vez, un retroceso de la impronta contraria que tiene Bullrich? “Nada que ver -aseguró el operador de “los halcones”-. Fue una elección provincial y el discurso de Maxi de lucha contra el narcotráfico tiene más que ver con Patricia que con Horacio. Es más, Patricia mide mucho más que Horacio en Santa Fe, así que Maxi la va a necesitar a ella para las elecciones a gobernador”.
En el bullrichismo resaltan que la titular del PRO en uso de licencia siempre estuvo en contacto con Pullaro y que su papel fue decisivo para que Losada lo llamara para reconocer la derrota en la misma noche de la votación. Y atribuyen el entusiasmo de los larretistas a “la necesidad de construir una épica del triunfo porque su tropa está desmoralizada por lo que ven en las encuestas nacionales”.
En la entrevista con Infobae, Pullaro se mostró muy cuidadoso al hablar sobre Bullrich. Cuando se lo consultó acerca de cómo iba a administrar su vínculo con la precandidata presidencial, respondió: “Gisela (Scaglia, su compañera de fórmula) pertenece al sector de Rodríguez Larreta. Claramente, aportó y apostó a nuestra fórmula. También tenemos gente que apoya en nuestro espacio a Patricia Bullrich, con lo cual vamos a ser muy respetuosos. Pero, obviamente, que hoy está bien y es correcto que se sienta parte del triunfo, porque realmente Larreta apostó la mitad, que es la fórmula”.
Ahora, el eje de la pulseada opositora se trasladará nuevamente a Córdoba, donde el domingo próximo se elegirá el intendente de la ciudad de Córdoba. Bullrich viajará nuevamente mañana para apoyar al candidato de Juntos por el Cambio, Rodrigo de Loredo, de la UCR, a quien considera un aliado. Lo hará junto con Damián Arabia, el armador bullrichista en el interior del país.
Rodríguez Larreta también considera a Loredo como alguien afín a su sector: es un dirigente de Evolución, la corriente interna de Lousteau, el aliado del jefe de Gobierno. Larreta no tiene previsto viajar esta semana a Córdoba (este martes irá a Jujuy y el fin de semana, a Neuquén y Río Negro), pero visitó el 7 de julio al candidato a intendente y vaticinó que “va a ser el próximo intendente de la ciudad de Córdoba”. Es más, destacó las coincidencias con él: “Rodrigo y yo tenemos gestión, experiencia y trayectoria, eso es lo que necesitamos para cambiarle la vida a los argentinos; para eso trabajamos”.
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