El trabajo parlamentario es más que lo que se ve en las sesiones y no se mide simplemente por el número de iniciativas aprobadas. Dicho esto, el 2023 es reconocido por los propios senadores y diputados nacionales como un año especialmente pobre para el Congreso. La falta de mayorías claras, las tensiones entre el oficialismo y la oposición, y dentro del oficialismo y la oposición en pleno proceso electoral, sumado a un Ejecutivo debilitado, dejaron un primer semestre en el que la Cámara Baja solo sesionó dos veces para tratar proyectos, y la Cámara Alta, solo una. La segunda mitad del año no se anticipa mucho mejor.
Diputados
El Gobierno mostró debilidad en el Congreso desde los dos primeros meses de año. Alberto Fernández seleccionó 28 proyectos para que sean tratados en sesiones extraordinarias entre el 23 de enero y el 28 de febrero. No se trató ninguno. Luego de que el Frente de Todos decidiera avanzar con el juicio político contra la Corte Suprema, Juntos por el Cambio había decidido no dar quórum a ninguna sesión que intentara el oficialismo durante el periodo extraordinario, fueran proyectos consensuados o no.
La Cámara de Diputados tuvo este año cinco sesiones. Una fue la apertura de sesiones ordinarias, en la que el Presidente dio su último discurso ante la Asamblea Legislativa, que incluyó durísimas críticas contra la Corte Suprema y que provocó que una parte de la oposición abandonara el recinto. En otra dos, el 28 de marzo y el 13 de junio, Agustín Rossi -que será candidato a vicepresidente de Sergio Massa- dio sus informes como jefe de Gabinete de ministros.
Es decir, solo en dos sesiones se trataron proyectos, el 28 de marzo y el 19 de abril. Es decir, hace ya dos meses y medio que la Cámara Baja no aprueba una iniciativa. Como informó TN, el oficialismo y un sector de la oposición buscan sesionar el próximo miércoles para tratar proyectos que cuentan con respaldo general, y la iniciativa de alivio para deudores de créditos UVA, que genera algunos ruidos en JxC. La sesión ya fue pedida formalmente por el Frente de Todos.
En la primera sesión del año, la Cámara Baja le dio media sanción a un proyecto que estivo freezado durante un año y volvió a ser impulsado luego de que, en Rosario, tirotearan el supermercado de la familia Roccuzzo con amenaza narco incluida para Lionel Messi. Se trata de Fortalecimiento de la Justicia Penal Federal en la provincia de Santa Fe, para la creación en la provincia de una treintena de fiscalías federales, juzgados federales, defensorías y más. Sería convertido en ley dos semanas más tarde en la única sesión que tuvo el Senado.
El mismo día, recibió media sanción el Régimen Simplificado y Cambiario para Pequeños Contribuyentes Tecnológicos, también conocido como Monotech, para que los pequeños exportadores de tecnología y servicios digitales no se vean perjudicados al cambiar sus dólares con el tipo de cambio oficial. La iniciativa pasó al Senado, donde obtuvo dictamen a fines de mayo, pero hasta ahora no logró llegar al recinto para convertirse en ley.
Tres semanas más tarde, en la segunda sesión del año que trató proyectos, recibió media sanción la reforma de la ley de lavado de activos, que apunta a darle mayor independencia a la Unidad de Información Financiera (UIF). El grueso de la oposición reclamaba mayor transparencia para la designación del titular del organismo y votó en contra -aunque una parte del PRO había avalado-, pero el proyecto fue aprobado. Tampoco recibió sanción definitiva aún en el Senado.
Fueron convertidas en ley, en cambio, la iniciativa que establece exenciones en el pago del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores de salud, tanto en centros de salud públicos como privados, y la que prevé acompañamiento para las familias con un miembro con síndrome de Down.
La tensión en la cámara de Diputados, y en el Congreso en general, se disparó desde el comienzo del año por la decisión del Gobierno de avanzar con el juicio político a la Corte Suprema. De hecho, una de las comisiones que se reunió de forma regular, casi todas las semanas, fue la de Juicio Político. La campaña rumbo a las PASO no impedirá su funcionamiento. El oficialismo convocó el próximo jueves al juez del máximo tribunal Juan Carlos Maqueda, a quien acusa por irregularidades en el manejo de la obra social judicial. El magistrado no asistirá.
Senado
Pero tal vez uno de los golpes parlamentarios más duros para el oficialismo se dio en el Senado, base política de la vicepresidenta Cristina Kirchner. El Frente de Todos se quebró, 4 senadores abandonaron el bloque armaron un nuevo con el peronismo federal no K, y el kirchnerismo perdió el control del quorum por primera vez desde el cambio de gobierno.
De las cinco sesiones que tuvo la Cámara Alta, una fue la preparatoria para la Asamblea Legislativa, la segunda fue la Asamblea Legislativa y otra fue el informe del jefe de Gabinete, Rossi. El 30 de marzo quedó en evidencia que el oficialismo ya no controlaba el recinto: JxC y el flamante bloque Unidad Federal se levantaron y la sesión se cayó por falta de quorum.
La única sesión del año en la que se trataron proyectos, entonces, fue la del 13 de abril, que solo se produjo porque hubo consenso general entre todas las bancadas. Entre elecciones provinciales e internas en la previa del cierre de listas, desde entonces, oficialismo y oposición no volvieron a ponerse de acuerdo.
Además de sancionar el proyecto de Fortalecimiento de la Justicia Penal Federal de Santa Fe, que había llegado de Diputados días antes, el Senado aprobó seis pliegos judiciales correspondientes a las provincias de Santa Fe y Córdoba y una media docena de proyectos, entre los que se destacan dos.