Al acercarse el tiempo en que terciarios y universidades inician el periodo de inscripción a sus carreras, muchos jóvenes y adultos se encuentran en la incertidumbre respecto a “cuál es su vocación”, que disciplina seguir, o si se quedan en Salta o emigran hacia otra provincia. Algunos consideran que con un test pueden decidir respecto a su futuro.
Sin embargo, el especialista en Orientación Vocacional, Sergio Rascovan, que además de haber escrito muchos libros, es co-director de PUNTo SEGUIDo, institución dedicada a las problemáticas de las intersecciones entre salud y educación, y vicepresidente de Asociación de Profesionales de la Orientación de la República Argentina, advierte que elegir una profesión o vocación va más allá de un simple test y que debe considerarse al sujeto en su contexto.
“No hay una vocación para cada uno, tenemos una visión crítica del concepto de vocación, en el sentido que dentro del pensamiento heredado había una idea muy instalada que cada uno tenía una vocación como si cada uno tuviera un objeto amoroso único. Se creía que se nacía con una orientación y que había que descubrirla, esto no significa que haya personas que sientan tener la vocación de muy pequeños y organicen sus vidas alrededor de esa idea, pero la gran mayoría no lo vive así, entonces lo vive problemáticamente creyendo que algo esta mal en su constitución por no encontrar eso que se supone deberíamos encontrar todos. Esta práctica de la orientación que proponemos viene como a tratar de no reforzar esa lógica problemática, sino evitar cargar con esa mochila de la vocación única”, explicó Rascovan, que dará una capacitación sobre la temática destinada a psicopedagogos, sicólogos, docentes e interesados.
Agregó que “Se trata de una problemática de elegir, de lo que uno puede hacer en la vida. Si de elegir se trata también nos enfrentamos con otra situación que merece ser revisada que es que no todos tenemos las posibilidades de elegir en una sociedad como la nuestra, que otorgó la libertad, un rasgo distintivo de las sociedades democráticas, republicanas del capitalismo, que son muy desiguales. Los puntos de partidas de dónde cada uno nace son condicionantes a la hora de elegir, y esto en una práctica como la orientación tiene la obligación, de no invisibilizarlo, como si todos tuvieran las mismas posibilidades. Eso no quiere decir que como profesionales tengamos las respuestas para cuestiones que son de origen político, económico y de organización social”.
Rascovan señala que desde su abordaje divide las prácticas de orientación vocacional en tres grupo. “Por una lado está la intervención de quien consulta a un profesional especializado, que puede ser un psicoterapéutica, psicólogo, psicopedagogo o alguien con especialización en orientación vocacional, que se cuestiona lo que quiere hacer. Se organiza una experiencia para que vea cómo y qué elige. Eso se desarrolla en una serie de encuentros que pueden ser individuales o grupales, dónde cada participante expone lo que le pasa. Se trata de buscar que el sujeto elabore su propia situación para que construya una decisión. Se utilizan herramientas que se adecúen a las características de la población para que cada uno pueda ir definiendo lo que quiere hacer de su vida”, explicó.
Otro tipo de intervención, es la que se realiza en instituciones educativas a través de las intervenciones pedagógicas. “Todo estudiante que está cursando algún trayecto educativo puede participar de programas, proyectos, experiencias pedagógicas dónde aprender de los aspectos que hacen a esta problemática de elegir. Docentes formados en el área o de profesionales del campo de la psicopedagogía y psicología pueden trabajar desde el aula. La idea es armar programas de trabajo para que todos los estudiantes de manera obligatoria tengan un espacio dónde tramitar lo que les pasa cuando finalizan un trayecto educativo y deben prepararse para el que sigue”, remarcó.
El último tipo de intervención es el socio comunitario, destinado a quienes no consultan a un especialista, ni están en el sistema educativo porque ya lo terminaron o no lo concluyeron. “La orientación vocacional acompaña a todos los colectivos de sujetos vulnerabilizados, es decir sujetos que han sido descartados del sistema social y no encuentran un lugar, porque la sociedad no les da respuesta para encontrarla. Puede tratarse de personas privadas de la libertad, adultos mayores, persona que no trabajan ni estudian, transgeneros, con distintos tipos de problemáticas”, afirmó.
Detalló que en Salta trabaja con escuelas mediadas por TICs, en un proyecto de la Unesco para personas que viven en lugares alejados y no tienen las mismas posibilidades. “Son sujetos vulnerabilizados, que es distinto a la vulnerabilidad, porque son producto de un sistema social que los vulnerabiliza”, espetó.
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