Los vecinos de la ciudad de Salta acompañaron el paso de las imágenes peregrinas del Señor y la Virgen del Milagro desde los umbrales de sus casas o en las veredas donde esperaron con devoción el pasaje de los santos patronos. La emoción quebró el rostro de muchos que llevaban tiempo sin experimentar su cercanía, otros les dieron la bienvenida con carteles coloridos, varios se vieron sorprendidos por la fuerza de la lealtad del pueblo salteño.
Muchas de las personas aguardaban el paso del Señor y la Virgen del Milagro de rodillas, otras en sillas de rueda, con niños en los brazos, en cochecitos, varias de estas personas siguieron por varias cuadras detrás de la peregrinación.
La recorrida fue, además, celebrada con los frentes de las casas adornados con globos y flores, con banderas y con réplicas de la imágenes santas y estampas. Familias completas entre aplausos, flores y pañuelos, agradecían junto a los más jóvenes, niños y bebés en una imagen muy propia de la fiesta del Milagro en Salta.
Durante su recorrido de más de 6 horas y de unos 15 kilómetros, las imágenes pausaron su paso en varias oportunidades para facilitar el acceso de las personas mayores o con problemas de movilidad, ya sea para que pudieran contemplarlas o para acercarse a ellas y tocar con devoción las imágenes. Además, aproximaban sus pañuelos con los que tradicionalmente homenajean durante el trayecto el día de la procesión para que el sacerdote se los bendijera.
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