Hoy a las 19,30 hs. se presenta el libro: "Una meta anhelada: Güemes al alcance de todo el pueblo argentino" de Violeta Herrero, a cargo del Dr. Patricio Colombo Murúa, presidente del Instituto San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta.
El título del libro anuncia un renovado mensaje histórico dirigido a “todo el pueblo argentino” y señala el propósito de concluir la tarea emprendida por Salta, por sus intelectuales, sus historiadores, sus poetas, y por los gauchos salteños que fieles a su memoria lo recuerdan todos los años en estos días, para reivindicar su memoria oscurecida por una visión centralista de la guerra de la Independencia.
La autora expresa que se necesitaron dos siglos para que la Nación exaltara tímidamente su figura, con las leyes N° 25.172 del 15-09-99, 26.125 del 22-08-06 (que reconoce a Güemes como héroe Nacional) y 27.258 (09-06-16) que resuelve que el 17 de junio será feriado.
Es el momento para que Güemes surja del injusto olvido y se convierta en uno de los arquetipos humanos que nuestro pueblo necesita para salir de su larga decadencia de cera de 100 años. Porque Güemes no sólo fue un héroe militar sino un gobernante honesto y pulcro administrador, un hombre preocupado por el bienestar de la gente durante una guerra sin cuartel y que duró más de una década.
Su gobierno fue equitativo, justo y también misericordioso con los enemigos. Algunos historiadores porteños quisieron etiquetarlo entre los caudillos bárbaros cuyo modelo era Quiroga. Estas falsas afirmaciones son desmentidas por los hechos, porque nuestro prócer fue respetuoso de las instituciones gubernativas, puntilloso cumplidor de la ley, misericordioso con sus enemigos (nunca ordenó la pena de muerte a nadie) y sobre todo, cuidó con preocupación de la salud espiritual y moral de los salto-jujeños.
De su vida militar sólo toma la victoria de Puesto del Marqués, ganada magistralmente por los salteños que comandaba nuestro prócer y los vergonzosos hechos que protagonizó el Coronel Martín García, tras la Sorpesa de “El Tejar”. Posteriormente la conducta del General Rondeau general en jefe del Ejército de Buenos Aires quien quiso defenestrar a
Güemes, electo legítimamente como gobernador de Salta, intento que terminó en el Pacto de los Cerrillos.
Esta muestra de la soberbia y la impericia de los enemigos internos de Güemes, no fueron las únicas, pero son suficientes para señalar que por la corrupción, la vocación autoritaria y el desprecio por el pueblo y sus tradiciones, nuestro país se redujo dramáticamente de sus fronteras históricas.
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