Con la declaración de seis testigos continuó la audiencia de debate seguida contra Ricardo Javier Cuéllar, acusado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego en perjuicio de Abel Leonardo Guzmán (20). En la segunda jornada comparecieron –entre otros- peritos del CIF.
El imputado es juzgado por un hecho ocurrido el 18 de enero de 2020 en barrio Castañares. Esa madrugada, Cuéllar le disparó con una pistola a Guzmán, quien había ingresado a su propiedad con supuestas intenciones de robo. El acusado es propietario de un minimercado.
El juicio se lleva a cabo con tribunal colegiado integrado por los jueces Paola Marocco (presidenta), Federico Diez y Francisco Mascarello (vocales).
Uno de los peritos exhibió una reconstrucción virtual destinada a determinar la posible ubicación de la víctima y del victimario la noche del hecho. El análisis se efectuó en base a los indicios recolectados en el lugar y a las conclusiones de la autopsia sobre la trayectoria del proyectil que quedó alojado en la víctima.
La hipótesis señala que Guzmán debió estar en el primer descanso de la escalera interna, ofreciéndole el flanco izquierdo al tirador. Este, a su vez, debió estar ubicado más arriba, en el balcón. De allí la trayectoria descendente del disparo. El brazo del damnificado debió estar ubicado de alguna manera que permitió el ingreso del proyectil por debajo de la axila.
La autopsia también describe dos lesiones en la pierna de la víctima, compatibles con las puntas de las rejas perimetrales del inmueble, de donde también se recolectaron un trozo de mochila y un fragmento de materia orgánica (piel) con perfil genético compatible con Guzmán.
El perito también mencionó que se analizaron muestras de manchas sanguinolentas encontradas en el cuarto escalón de la escalera. Dieron resultado presuntivo pero no confirmativo.
Señaló que durante la inspección ocular realizada por personal de Criminalística se incautaron: una vaina servida calibre 380 ubicada frente a la puerta de reja del inmueble; un cuchillo sierrita con mango de plástico encontrado debajo de la escalera; una pistola semiautomática calibre 380, sin cartucho y con cargador, entregada por el imputado.
Finalmente, manifestó que si bien algunos testimonios aportados por los vecinos hablan de tres disparos o detonaciones, técnicamente, los elementos incautados guardan relación con la existencia de un disparo. No se detectaron rastros o perforaciones de proyectiles en la escalera metálica, paredes o piso.
Durante la segunda jornada también declaró un perito que intervino el mismo día del hecho entrevistando al acusado, a su pareja y a vecinos. Señaló que algunos residentes del pasaje no quisieron identificarse por temor a posibles represalias de una familia problemática que vive en la zona.
Del relevamiento surgió que algunos vecinos conocían a Guzmán y lo señalaban como autor de varios ilícitos. También dijeron conocer a Cuéllar y estar enterados de que habían entrado a robarle en numerosas oportunidades.
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