La comunidad educativa del Colegio de Jesús realizó los actos conmemorativos en honor al Sagrado Corazón de Jesús, evocando los 200 años del aporte de Madre Catalina y de doña Manuela, y bajo la protección del Sagrado Corazón.
Fueron cuadras y cuadras de niños, jóvenes y también de adultos mayores que participaron ayer de la procesión por las calles del microcentro capitalino. La caravana estuvo enmarcada por cientos de estudiantes con ponchos salteños, que colaboraron con el desarrollo de las actividades y le dieron color, frescura y alegría a la festividad con distintas manifestaciones y mensajes escritos en tiza sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
El 14 de agosto de 1824 se fundaba en Salta la casa de educandas con la ayuda de la generosa donación de una dama ilustre: doña Manuela Martínez de Tineo, quien se entregó a la vida religiosa. El establecimiento de las carmelitas, que se hacía llamar “Comunidad de Jesús y María”, se mantuvo durante más de 40 años.
Desde la congregación expresaron: “Quisimos celebrar en este bicentenario, la historia y los valores de amor y reparación inspirados en Madre Catalina, fundadora del Instituto de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, y la señora Manuela Martínez de Cangas y Tineo”, contó una docente. Dijo, además: “Es una forma de reconocer la obra de Dios y celebrar las maravillas y huellas que obró en nuestro Colegio a través de dos mujeres suaves y valientes, en las familias que pasaron y hoy están en nuestro establecimiento, como así también en nuestra amada Salta”.
Ante la falta de vocaciones, las hermanas plantearon a las autoridades eclesiásticas el 26 de agosto de 1887 incorporarse a otra congregación religiosa (la de las Esclavas del Corazón de Jesús) para no tener que cerrar la casa en Salta.
El vicario capitular de Córdoba, Uladislao Castellano, autorizó el pedido. Las hermanas llegaron con la buena nueva a Salta el 8 de octubre de 1887.
A su vez, las hermanas Esclavas del Corazón de Jesús (argentinas) fueron fundadas por la madre Catalina de María Rodríguez (1823-1896), una monja cordobesa. El carisma que transmiten es: “El amor y reparación al corazón de Jesús y la restauración del rostro de Jesús en el hermano”. Desempeñan misiones en casas de ejercicios; hogares de niñas, centros de misión y colegios.S
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