El fiscal penal de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual 2, Rodrigo Gonzalez Miralpeix solicitó ante el Juzgado de Garantías 4 la remisión a juicio para un hombre de 32 años. Se le acusa de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el uso de arma contra una menor de un año, y de abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma contra la madre de la menor. El pasado 6 de febrero, una mujer presentó una denuncia, declarando que mientras descansaba con su hija de un año, después de que su marido se fuera a trabajar, el acusado ingresó a su domicilio. Según su relato, el hombre abrió una puerta de hierro sin seguro y luego entró por una ventana de la habitación, recostándose a su lado. Al percatarse que no era su marido la mujer relató que comenzó a gritar. El agresor la sujetó del cuello fuertemente hasta casi perder el conocimiento, la tomó del cabello, para luego sujetar a la menor mientras la sometía a actos de tocamiento y amenazaba de muerte con un cuchillo en su mano. Siguiendo su relato, la mujer contó que el acusado volvió a tomarla del cabello arrastrándola hacia el dormitorio, abusándola sexualmente. En ese momento, la menor comenzó a llorar, lo que llevó al imputado a retirarse del domicilio por la ventana de la habitación que da a la vía pública, expresando: «Si llamas a la policía, voy a volver». Al escuchar los gritos de la mujer, quien salió de la vivienda en busca de auxilio, un vecino acudió y solicitó ayuda al 911. La mujer también relató que el mismo hombre, en una ocasión anterior, había ingresado por la ventana de la vivienda sin ejercer violencia y sustrajo un teléfono celular, el cual fue recuperado posteriormente durante el avance de la investigación de la vivienda del imputado. Después de los hechos, la vida de la familia cambió drásticamente. En su testimonio, el esposo de la damnificada señaló que, por temor a que el acusado cumpliera su amenaza de regresar si daban parte a las autoridades, cuando sale a trabajar deja la casa cerrada con llave y cadenas en puertas y ventanas para la seguridad de su esposa y su hija, quienes permanecen adentro. El testimonio de la titular de la Dirección de la Mujer relató que lo acontecido comenzó a invadir todas las áreas de la vida de la víctima, llevándola a no poder revincularse, vivir el presente, y sufrir estados de angustia, insomnio, aislamiento social, y dificultades para mantener relaciones interpersonales. Incluso, llegó a expresar que si no fuera por su hija, ya no querría vivir. Debido a la gravedad de la sintomatología presentada, se realizó una interconsulta con psiquiatría para una evaluación y posterior intervención. Por su parte, la pericia del Gabinete de Psicología del CIF concluyó que, a partir del hecho acaecido, la mujer se encuentra en tratamiento psicológico y psiquiátrico, con medicación indicada. En su pedido de remisión a juicio, el fiscal Rodrigo Gonzalez Miralpeix sostiene que el imputado se aprovechó de la vulnerabilidad e indefensión de la denunciante y su hija, quienes estaban desprotegidas al encontrarse dormidas en su domicilio sin la presencia del marido. El acusado ingresó y sometió a la mujer aplicando violencia y fuerza física, utilizando también un cuchillo tipo carnicero como forma de agresión hacia la menor, con el fin de doblegar la voluntad de la denunciante. El fiscal destaca que el imputado cometió un grave ultraje sobre la niña, para posteriormente vulnerar la libertad e integridad sexual de la mujer.
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