La fiscal penal de Cafayate, Sandra Rojas, imputó provisionalmente a un hombre por los delitos de amenazas, atentado contra la autoridad agravado y resistencia a la autoridad solicitando el mantenimiento de su detención. La actuación de la fiscalía se inició a partir de una denuncia realizada por un sargento de la policía de la Comisaría 1 el día 18 de febrero . Según el relato, el sargento, que estaba de turno y designado para cubrir la consigna personalizada de un imputado con medidas de restricción dispuestas por el Juzgado de Violencia Familiar y de Género N° 3, al llegar al domicilio en el barrio Los Módulos, encontró al hombre consumiendo cerveza de una lata y poniendo un parlante portátil con música a alto volumen en la vereda. El denunciante le solicitó que cesara su accionar debido a que se encontraba en la vía pública y en respuesta, el hombre habría comenzado a insultarlo y amenazarlo advirtiéndole que tenía antecedentes de haber quitado la vida a otra persona y que no dudaría en proceder de la misma manera con él. Según el relato, el hombre se le abalanzó intentado provocar una pelea por lo que solicitó colaboración policial, llegando a los pocos minutos más efectivos. El personal intervino para la demora del imputado, quien se resistió en todo momento, forcejeando y lanzando golpes y patadas contra ellos. Finalmente, lograron reducirlo y trasladarlo a la Comisaría 1 de Cafayate. Durante el traslado y en la dependencia policial, según el relato, el hombre mantuvo una conducta agresiva y amenazante e incluso intentaba autolesionarse. La fiscal Sandra Rojas imputó al acusado por el delito de amenazas, ya que las palabras dirigidas a los efectivos policiales fueron consideradas graves y creíbles, generando temor. Además, la fiscal consideró que el uso de fuerza física por parte del acusado hacia el denunciante, con la intención de impedirle que cumpla con sus funciones como agente policial, constituye un atentado contra la autoridad agravado. En cuanto a la imputación por resistencia a la autoridad, ésta quedó evidenciada en la agresión física al personal policial que cumplía la consigna en el lugar de los hechos, así como en la resistencia y los golpes dirigidos contra los efectivos al ser detenido.
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