En el marco del Ciclo Redes para el Desarrollo de las Mujeres Pymes, organizado por la Comisión de Economías Regionales, Economía Social y Pymes se realizó la presentación de la especialista en estudios feministas de la Universidad de Gotemburgo y miembro de WIDE+, Edmé Domínguez, quien señaló que “el reto actual es agrupar a los movimientos feministas mundiales para luchar desde una perspectiva feminista”.
“En los períodos de crisis se han afectado los roles de género, por ejemplo, en las guerras crece la participación de las mujeres en la economía, pero con la vuelta a la normalidad eso se revierte”, destacó Edmé y agregó “La globalización y el neoliberalismo trajeron enormes problemas soioeconómicos a muchos países y grupos sociales sobre todo los grupos más vulnerables como las mujeres pobres”.
“Ahora, frente a un proceso de desglobalización debemos encontrar los ejes de lucha comunes en todo el mundo entre los feminismos: el respeto por los derechos humanos y la incorporación plena al tejido económico”, sostuvo la disertante.
Durante la presentación, la presidenta de la Comisión de Economías Regionales, Economía Social y Pymes del Senado de la Nación, Nora Giménez indicó que “esta ambiciosa agenda nos permite entender qué pasa con las relaciones entre la economía y las mujeres en este mundo globalizado” y detalló que “en 2020 la participación de las mujeres en el mercado laboral fue del 46%, mientras que para los hombres es del 69%, según la CEPAL”.
“En el año de la pandemia, una de cada 5 mujeres a nivel global perdió su empleo”, indicó la senadora salteña y recordó que las mujeres ganan sólo entre el 60 y el 75% del salario de los hombres, mientras dedican entre 1 y 3 horas más a las tareas domésticas, y entre 2 y 10 veces más tiempo a tareas de cuidado”.
Giménez hizo especial referencia a las mujeres rurales; ya que si bien para los organismos internacionales son claves en la lucha contra el hambre y para garantizar la seguridad alimentaria, representan sólo el 43% de la fuerza laboral en el campo, poseen menos del 20% de las tierras y perciben un salario promedio 25% inferior al de los hombres.
Por ello planteó que es necesario promover un modelo de desarrollo económico en donde prevalezca la igualdad de género por sobre las perspectivas maximizadoras de ganancias; e invitó a repensar estrategias que permitan un empoderamiento económico de las mujeres.
Por su parte, la diputada nacional, María Rosa Martínez dijo “nos encontramos en una situación muy compleja de acumulación y de concentración y por supuesto las mujeres y las diversidades somos las que menor participación tenemos no solo en la distribución de los bienes, sino también en la ocupación de lugares de liderazgo en las empresas”.
Asimismo, la académica Graciela Di Marco, reflexionó acerca de cómo el fenómeno de la globalización genera reacciones locales que, en el caso de los movimientos feministas y puntualizó que las redes feministas trasnacionales no son jerárquicas, sino que son locales y globales al mismo tiempo; y desde lo local desafían la globalización y vigilan que “no se lleven puesta” la cultura local. Lo trasnacional agrega otra dimensión al conocimiento de lo local.
En referencia a la inserción de la mujer en el ámbito del trabajo, sostuvo que estos movimientos tienen como meta el trabajo digno; y apuntó que se debe trabajar que las mujeres más pobres queden atrapadas en el piso pegajoso de los bajos salarios y la falta de perspectivas; y cuestionó que las tareas de cuidado imponen restricciones horarias y de movilidad a las mujeres. En ese sentido, pidió a las pymes que definan líneas de apoyo económico para generar oportunidades que permitan el trabajo digno.
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