Monseñor Mario Antonio Cargnello, arzobispo de Salta, encabezó la celebración del pacto de fidelidad al Señor y la Virgen del Milagro. Durante su homilía, resaltó la libertad profunda de Jesús, quien no temía al poder político ni a las presiones sociales. Recordó que Cristo “enseñaba con fidelidad el camino de Dios sin tener en cuenta la condición de las personas”, un modelo de libertad que impresiona y desafía aún hoy. Cargnello subrayó que esta libertad, consumada en la cruz, es la fuente de autoridad que todos los cristianos deben seguir. En un mensaje dirigido a los dirigentes políticos, Cargnello destacó que la autoridad "no es propiedad de nadie, sino un mandato que Dios concede por un tiempo", y del cual los gobernantes deberán rendir cuentas. Llamó a los líderes a “no sobrecargar a los más pobres con decisiones injustas”, en medio de la creciente pobreza e inequidad social que abofetea al país. “La hora es difícil y graba sobre todo en los más pobres”, expresó, instando a los políticos a ser más solidarios y responsables. El arzobispo hizo un llamado a la lucha contra el narcotráfico, una de las principales preocupaciones sociales, señalando que este flagelo “está destruyendo sin piedad a una generación de jóvenes”. También alertó sobre la violencia creciente, tanto física como verbal, que atenta contra la unidad familiar y social, especialmente en los sectores más vulnerables. "El flagelo de las drogas deshumaniza, destruye hogares y desgarra familias", enfatizó.
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