El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, dispuso la ruptura de la relaciones diplomáticas con el Vaticano, luego de que el papa Francisco calificara al régimen sandinista como "una dictadura grosera, guaranga" y también "hitleriana".
Según informó el sitio "Confidencial", la representante del régimen sandinista ante la Santa Sede, Yara Suhyén Pérez Calero, "comunicó verbalmente" la determinación en la Secretaría de Estado del Vaticano.
El Sumo Pontífice, en una declaración a Infobae, fue contundente con lo que ocurre en Nicaragua: "Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio".
El Papa se refería a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, quien hace un mes fue condenado a más de 26 años de prisión por delitos considerados "traición a la patria" y un día después de negarse a ser desterrado por el Gobierno de Ortega a territorio estadounidense.
"Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas... Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas", añadió Francisco.
Nicaragua no cuenta con un embajador ante la Sede Apostólica desde el 21 de septiembre de 2021, cuando Ortega canceló el nombramiento de Elliette Ortega Sotomayor, quien repuso en marzo de ese año al ex subdirector de la Policía Nacional, ex comisionado Francisco Bautista Lara.
Las relaciones entre ese país y el Vaticano comenzaron en 1908, por lo que esta decisión pondrá fin a un vínculo diplomático de al menos 115 años.
De todas maneras, la convivencia entre los sandinistas y la Iglesia católica de esa nación estuvo marcada por roces y desconfianzas en los últimos 43 años.
De esta manera, Nicaragua ingresó en el grupo de trece países que no mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede: cuatro comunistas (Vietnam, Corea del Norte, China y Laos) y ocho son musulmanes (Somalía, Omán, Mauritania, Maldivas, Comoras, Brunéi, Afganistán y Arabia Saudita), el otro es Bután, un reino budista en el sur de Asia.
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