Un policía y un campesino murieron en medio de una violenta protesta de habitantes de una zona del sudoeste de Colombia, exigiendo obras sociales a una empresa petrolera, mientras que 79 efectivos policiales y nueve empleados de la compañía fueron retenidos, informó la Defensoría del Pueblo.
Los hechos se registraron en zona rural del municipio de San Vicente del Caguán, en el departamento del Caquetá, en donde el campamento de la empresa Emerald Energy fue atacado e incendiado por los manifestantes, según reportes de la Policía Nacional.
"Resulta lamentable que, en el marco de las protestas sociales, hayan dejado un policía y un campesino muertos, varios policías con restricción de la movilidad y varios heridos", dijo en una declaración el defensor del pueblo, Carlos Camargo.
"Las acciones violentas y las vías de hecho solo generan más violencia y no facilitan los espacios de diálogo entre las partes para encontrar acuerdos", aseguró el funcionario, quien ofreció su mediación para restablecer el diálogo y evitar nuevos hechos de violencia.
Campesinos e indígenas de la región, que desde hace varios días mantenían bloqueado el acceso a las instalaciones de la petrolera, exigen el mantenimiento de una carretera que atraviesa la región.
Fuentes de la Policía Nacional dijeron que el agente y el campesino murieron por heridas de bala y aseguraron que informaciones de inteligencia indican la presencia en la zona y la presunta responsabilidad en el ataque de disidencias de las FARC que rechazaron un acuerdo de paz de 2016 que permitió la desmovilización de la mayoría de esa guerrilla.
El presidente Gustavo Petro ordenó el desplazamiento a la zona de una comisión de los ministerios de Defensa y del Interior para atender la situación y evitar nuevos hechos de violencia.
Las protestas sociales en las zonas de proyectos petroleros y mineros suelen ser frecuentes en Colombia para presionar por obras como carreteras, escuelas, hospitales y acueductos.
Petro busca un acuerdo de paz con las disidencias de las FARC como parte de sus esfuerzos por detener el conflicto armado de casi seis décadas que dejó 450.000 muertos.
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