Cientos de miles de personas se manifestaron el fin de semana en toda Francia para mantener la presión sobre el Gobierno por sus planes de reforma de las pensiones, que incluyen un aumento de la edad de jubilación de 62 a 64 años.
Después de tres días de huelgas en todo el país desde principios de año, los sindicatos esperan igualar la participación masiva del 19 de enero, cuando más de un millón de personas se manifestaron en contra de los planes.
"Si no son capaces de escuchar lo que pasa en la calle, si no son capaces de darse cuenta de lo que le pasa a la gente, no deberían sorprenderse de que esto estalle en algún momento", declaró a Reuters Delphine Maisonneuve, una enfermera de 43 años, al inicio de una protesta en París.
Los franceses son los que más años pasan jubilados entre los países de la OCDE, una prestación a la que, según los sondeos, una mayoría sustancial se resiste a renunciar.
El presidente Emmanuel Macron afirma que la reforma es "vital" para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones.
Según el Ministerio del Interior, se estima que 963.000 personas han acudido a las manifestaciones en todo el país. La policía de París dijo que unas 93.000 personas habían marchado en la capital, frente a las 80.000 del 19 de enero. Los sindicatos cifraron en 500.000 las personas que se manifestaron en París.
En la ciudad de Tours, en el centro oeste del país, el bombero Anthony Chauveau, de 40 años, dijo a Reuters que oponerse a la reforma era crucial porque simplemente no se tenían en cuenta las dificultades de su trabajo.
"Nos dicen que tendremos que trabajar dos años más (...) nuestra esperanza de vida es inferior a la de la mayoría de los trabajadores", afirmó.
Las protestas pacíficas de París se vieron en parte empañadas por algunos enfrentamientos menores. La policía utilizó gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento en su intento de dispersar a algunos de los elementos más radicales de las protestas.
En una declaración conjunta previa a las marchas del sábado, los principales sindicatos pidieron al gobierno que retirara el proyecto de ley.
Advirtieron que, si no se satisfacían sus demandas, intentarían paralizar Francia a partir del 7 de marzo. Ya hay convocada una huelga para el 16 de febrero.
"Si el gobierno sigue haciendo oídos sordos, la intersindical pedirá la paralización de Francia", dijeron antes de las marchas del sábado.
Las protestas son las primeras que se celebran en fin de semana, cuando los trabajadores no tienen que hacer huelga ni pedir permiso para marchar.
Siguen a la primera semana de debate parlamentario sobre la ley de pensiones.
La oposición ha sugerido miles de enmiendas para complicar el debate y, en última instancia, tratar de forzar al Gobierno a aprobar el proyecto de ley sin votación parlamentaria y mediante decreto, una medida que podría agriar el resto del mandato de Macron, quien fue reelegido en abril de 2022 por cinco años.
Aumentar la edad de jubilación en dos años y ampliar el periodo de cotización generaría 17.700 millones de euros (19.180 millones de dólares) adicionales de recaudación anuales a las pensiones, lo que permitiría al sistema alcanzar el punto de equilibrio en 2027, según las estimaciones del Ministerio de Trabajo.
Los sindicatos dicen que hay otras formas de hacerlo, como gravar a los superricos o pedir a los empresarios o a los pensionistas acomodados que contribuyan más.
"Aunque a mi edad no me afecten mucho (las reformas de las pensiones), es importante vigilar nuestra sociedad, que sea solidaria, que la gente esté muy unida, y estar atentos para cuidar no sólo a nuestros mayores, sino también a nuestros hijos", declaró Kamel Amriou, de 65 años, artista gráfico jubilado.
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