Los equipos de rescate en Turquía y su vecina Siria continuaban buscando sobrevivientes en medio de los escombros, tras el fuerte sismo y sus réplicas, que afectaron a ambos países, y que provocaron hasta el momento la muerte de unas 10.000 personas.
El frío y el paso del tiempo se convirtieron ahora en los principales escollos de los brigadistas, quienes buscan supervivientes entre los restos de viviendas y edificios en Gaziantep, epicentro del temblor. Además, fue afectada toda esta zona del sur de Turquía, con graves daños en ciudades cercanas como Diyarbakır, Adıyaman, Osmaniye, Malatya y Adana.
Los terremotos también asolaron el norte de Siria, país en el que se produjo casi la mitad de las víctimas mortales. Esta nación sufrió una nueva desgracia y muchos de los refugiados que huyeron del país se encuentran en la zona damnificada de Turquía. Aleppo, Latakia y Hama son algunas de las ciudades sirias afectadas, y el pánico se extendió hasta Damasco, la capital, aunque la fuerza del terremoto se hizo sentir, asimismo, en otros países cercanos como Líbano, Chipre y el norte de Irak.
Por su parte, Naciones Unidas (ONU) liberó 25 millones de dólares de su fondo de emergencias para ayudar a poner en marcha la respuesta humanitaria. Martin Griffiths, coordinador de emergencias del organismo, sostuvo que "Conforme las personas en la región lidian con las devastadoras consecuencias de esta tragedia, queremos decirles que no están solos. La comunidad humanitaria los apoya en cada paso del camino para salir de esta crisis".
En tanto, Emiratos Árabes Unidos anunció que proporcionará 100 millones de dólares en ayuda, mientras que ACNUR (Agencia de ONU para refugiados) agradeció a Turquía no haya hecho distinciones entre turcos y sirios afectados por los sismos.
El fuerte terremoto del lunes alcanzó 7,8 puntos en la escala de Richter, una de las marcas más altas de los últimos años en esta región del planeta, pero lo más llamativo fue que las réplicas alcanzaron valores similares, cuando -por lo general- suelen ser más suaves, y solo ocurre en el 10 por ciento de los casos. El hecho que haya sido muy superficial, ya que se produjo a solo 18 kilómetros de la superficie, puede explicar su alto grado de destrucción.
Los rescatistas de un pueblo en el noroeste de Siria encontraron a una niña recién nacida, cuya madre -aparentemente- la dio a luz cuando estaba enterrada bajo los escombros de un edificio.
La beba estaba enterrada y todavía unida a su madre muerta por el cordón umbilical. Es la única de su familia que sobrevivió al derrumbe del edificio el lunes, en la pequeña población de Jinderis, cerca de la frontera con Turquía.
El arquero Ahmet Eyüp Türkaslan, de 28 años, quien militaba en el Yeni Malatyaspor, de la segunda división turca, es una de las tantas víctimas que dejó el terremoto. La noticia fue confirmada por el entrenador del equipo, Yilmaz Vural, quien informó además que la esposa del futbolista pudo ser rescatada con vida.
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