El presidente de Brasil, Lula Da Silva, se reunió con todos los gobernadores del país, tras el intento de golpe de Estado con la toma de las sedes del Congreso y el Supremo, además del palacio presidencial.
El Ejército de Brasil desalojó temprano los “campamentos bolsonaristas” por orden del juez del Supremo Tribunal Federal de ese país, Alexandre de Moraes. Además, separó de su cargo por 90 días al gobernador del Distrito Federal de Brasilia, el bolsonarista Ibaneis Rocha, y ordenó el procesamiento de 1200 detenidos por terrorismo y otros delitos.
En el encuentro con los gobernadores de Brasil, Lula Da Silva también cuestionó al ejército que permitió que militantes bolsonaristas ocuparan áreas cercanas al cuartel con pretensiones antidemocráticas.
El presidente brasilero dijo que “para todos estaba claro que los bolsonaristas solo tramaban el golpe y aun así permanecieron en zonas militares durante dos meses, con la complacencia de los comandantes de las unidades”.
“Durante la dictadura militar se arrestaba y torturaba a personas sólo por defender la caída de un gobierno. Ahora la gente está reclamando libremente el golpe frente al cuartel y ningún cuartel ha hecho nada. Ningún general se ha movido a decir que eso no puede pasar, que está prohibido pedirlo”, apuntó.
“Tienen que aprender que la democracia es lo más complicado para nosotros, porque requiere que apoyemos a los demás, requiere vivir con gente que no nos gusta, con la que no nos llevamos bien, pero es el único régimen que permite que todos tengan la oportunidad de competir y el que gane tenga derecho a gobernar”, sostuvo.
Asimismo, expresó: “El resultado electoral se dio y fue respetado por gran parte de la sociedad, pero una parte de los perdedores no lo aceptó y está en la calle. Están frente a los cuarteles en casi todo el territorio nacional. Están reclamando un golpe de Estado. Lo que estamos haciendo aquí es tratar de reparar un defecto que se creó allá cuando se empezó a negar todo en este país”.
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