Partidarios de Pedro Castillo, el destituido presidente de Perú, protagonizaron una jornada de protesta en todo el país para pedir la renuncia de su sucesora, Dina Boluarte, el cierre del Congreso y el llamado a elecciones, en medio de un clima de tensión cada vez más exacerbado.
Además, se registraron cortes de rutas en distintos puntos, especialmente en la zona de Puno, al sur del país, de donde es oriundo Castillo, un ex maestro rural. También se interrumpió el tránsito entre Puno y Cusco, donde los seguidores del exmandatario cortaron la ruta, y además quemaron un puesto de peaje.
De hecho, como prevención, el tren entre Cusco y la ciudadela inca de Machu Picchu, joya del turismo de Perú, se suspendió indefinidamente para preservar la integridad de los turistas.
En Huancayo, al este de Lima, los manifestantes quemaron ataúdes de cartón con el rostro de Boluarte y además se enfrentaron con la policía, a quienes les arrojaron piedras, botellas y otros elementos contundentes.
En Arequipa, al sur del país, los efectivos policiales lograron desbloqear una ruta arrojando gases lacrimógenos, y también hubo un enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas de seguridad en inmediaciones del aeropuerto de esa ciudad.
Los manifestantes también cerraron rutas con piedras y neumáticos en llamas en las regiones de Junín (centro) y Apurímac (sureste). Asimismo, en Puerto Maldonado, región amazónica de Madre de Dios (sudeste), manifestantes bloquearon un tramo de la vía Interoceánica, que une Perú y Brasil.
Las protestas en el país se iniciaron hace casi un mes, cuando Castillo fue destituido - tras un intento por disolver el Congreso-, y que dejaron un saldo de 22 muertos y más de 600 heridos. Luego de ese episodio, el ahora expresidente fue sentenciado a 18 meses de cárcel, acusado de rebelión, conspiración y abuso de autoridad.
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