El Parlamento de Escocia aprobó una ley que facilita el cambio de identidad de género a las personas trans, que a partir de ahora estará autorizado a partir de los 16 años.
La nueva norma fue adoptada sin sorpresa por 86 votos a favor y 39 en contra, gracias a la mayoría de la que goza el Gobierno independentista (SNP. La ley suprime la exigencia de un diagnóstico médico y psiquiátrico durante la petición de un certificado de reconocimiento de género.
Además, el texto reduce el periodo por el que el solicitante debe vivir con su género asignado de dos años a tres meses, con un período de reflexión adicional de tres meses.
El certificado podrá obtenerse a los seis meses, según la ley, defendida por el Ejecutivo independentista encabezado por la primera ministra Nicola Sturgeon.
Además, la edad mínima para solicitar este certificado pasa de 18 a 16 años, similar a la norma votada este jueves por los diputados españoles.
Tras el voto, el gobierno británico anunció que consideraba presentar un recurso contra el texto ante la Corte Suprema. El Ejecutivo británico alega que la norma puede crear disparidades en el Reino Unido.
“Compartimos las preocupaciones de numerosas personas respecto a algunos aspectos del texto, y en particular el de la seguridad para las mujeres y los niños”, declaró Alister Jack, el Secretario de Estado para Escocia.
Los detractores del texto escocés, encabezados por la exitosa creadora de Harry Potter, J. K. Rowling, lo consideran un peligro para las mujeres, ya que permitiría a los hombres acceder más fácilmente a espacios reservados a las mujeres.
Por su parte, el Gobierno argumenta que esta nueva norma no afectará a una ley anterior, que permite excluir a las personas trans de espacios no mixtos como vestuarios y lugares de acogida.
“Soy feminista”, “haré todo lo que pueda por proteger los derechos de las mujeres el tiempo que esté viva”, declaró este jueves Sturgeon.
“Pero, creo también que es una parte importante de mis responsabilidades hacer la vida un poco fácil a las minorías estigmatizadas en nuestro país”, prosiguió la jefa del Gabinete escocés.
El líder conservador escocés, Douglas Ross, subrayó el riesgo de que “los hombres depredadores intenten explotar las lagunas” del texto. Sin embargo, el Gobierno hace hincapié en las garantías previstas por la ley, que convierten cualquier solicitud falsa en un delito.
El proyecto de ley recorrió un largo camino en el Parlamento escocés. La sesión se suspendió, por ejemplo, durante media hora el martes, después de que manifestantes comenzaran a gritar “vergüenza” o “no hay democracia” desde el palco público cuando los representantes electos rechazaron una disposición para hacer más difícil a los agresores sexuales que cambien de género.
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