La nueva presidenta de Perú, Dina Boluarte, dejó abierta la chance de llamar a elecciones anticipadas "si la situación amerita" y pidió calma y diálogo a los manifestantes que salieron a las calles en todo el país, en algunos casos para protestar por la detención del exmandatario Pedro Castillo, destituido tras haber disuelto el Congreso, y en otros para reclamar el cierre del Parlamento.
"La Constitución (...) dice hasta el 2026; sin embargo, si la sociedad y si es que la situación amerita, adelantamos elecciones en conversación con las fuerzas políticas y democráticas del Congreso, nos sentaremos a conversar", sostuvo Boluarte en declaraciones a la prensa.
Las palabras de la mandataria marcan un giro respecto de su postura de este jueves, cuando se pronunció en sentido contrario y aseguró que pensaba quedarse hasta el final del mandato.
No está claro si en la posibilidad de adelantar los comicios pesaron las múltiples protestas que se registran en todo el país, que incluyen corte de rutas y concentraciones.
Cortes en la ruta Panamericana Sur, unas 10.000 personas en Arequipa –según el sitio del diario La República-, quema de neumáticos en Ica y Tacna obligaron a reforzar la presencia de policías y militares en las calles.
En Lima, una protesta de cerca de un millar de personas marchó hacia el Parlamento, donde fue dispersada por la policía con gases lacrimógenos y donde se produjo la detención de al menos tres manifestantes, indicó la agencia de noticias AFP.
También hubo movilizaciones callejeras en otros puntos del interior de Perú como Chota (Cajamarca, cuna de Castillo), Trujillo, Puno, Ayacucho, Huancavelica y Moquegua.
Boluarte, una abogada de 60 años que era vice de Castillo y asumió el miércoles en su lugar tras la destitución del mandatario, reseñó su encuentro con las bancadas del Congreso para encontrar una salida a la crisis que vive Perú.
"Me he reunido con diferentes bancadas, tanto de derecha como de izquierda, porque en el primer momento en que se jura como presidente, lo es de todos los peruanos. En consecuencia (…), reunámonos el Consejo Nacional y las organizaciones vivas del Perú para que podamos darle una salida pacífica", apuntó, en declaraciones que recogió RPP.
La nueva presidenta convocó al diálogo y dijo que esperaba que "con madurez" se pueda salir de la crisis que vive el país. "Hay que solucionar la crisis económica y alimentaria", aseguró.
A la vez, envió un mensaje a la gente movilizada en las calles al pedir: "Conversemos y encontremos la salida pacífica".
La Defensoría del Pueblo hizo un llamado "a toda la ciudadanía a la tranquilidad y la responsabilidad". "El uso de medios violentos durante las movilizaciones de protesta están prohibidos", indicó en un mensaje en Twitter.
Boluarte, en tanto, busca avanzar con las negociaciones para formar un Gobierno.
"Estamos yendo a continuar con el trabajo de armar un gabinete que dé confianza a la población peruana”, aseguró al salir de su casa en dirección al Palacio de Gobierno.
Castillo, en tanto, permanecía detenido en el mismo lugar donde cumple prisión el exmandatario Alberto Fujimori, que es la base de las fuerzas especiales de la policía, ubicada al este de la ciudad de Lima.
La Fiscalía acusa a Castillo de rebelión y conspiración, y un alto tribunal dictó siete días de prisión preliminar.
Boluarte dijo este viernes que quiere ir a visitar al exmandatario al lugar donde se encuentra detenido y que lamentaba "mucho que se haya dado esta situación inesperada", e insistió en hablar de un "golpe de Estado".
También habló de golpe el legislador y exjefe de ministros Guido Bellido, quien reveló que en una visita que hizo a Castillo, el exmandatario le confesó que no recuerda haber leído el discurso que marcó el principio del fin.
En medio de pronunciamientos de países de la región, de EEUU y la Unión Europea a favor de lo que consideraron la “continuidad constitucional”, un altercado con México empañó las reacciones: la Cancillería peruana rechazó las declaraciones de las autoridades mexicanas sobre la situación del país y las consideró como una injerencia en sus asuntos internos, por lo que llamó en consulta al embajador mexicano en Lima, Pablo Monroy.
"Las expresiones de las autoridades mexicanas constituyen una injerencia en los asuntos internos del Perú y no resultan consistentes con los acontecimientos que se han sucedido en días recientes", advirtió un comunicado de la Cancillería.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, informó que Monroy se entrevistó con Castillo, quien fue destituido el miércoles por el Congreso, y confirmó la solicitud de asilo hecha al país norteamericano.
Por otro lado, el líder fundador de Perú Libre –el partido por el que Castillo llegó al Palacio de Pizarro-, Vladímir Cerrón, advirtió sobre “el peligro de que se acreciente la persecución brutal contra la izquierda”, especialmente contra la fuerza, que ya tiene a tres miembros de su dirección nacional presos y una centena de procesos judiciales.
Cerrón afirmó que la represión contra la izquierda sería con más "lawfare e inhabilitación de líderes y dirigentes", en declaraciones que hizo a la agencia Sputnik.
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