La ciudad brasileña de Petrópolis vivió este viernes otra madrugada de angustia. Nuevamente se activaron las sirenas de alerta por lluvias y creció el temor de nuevos derrumbes de las sierras, los cuales causaron 120 muertos, entre ellos 13 niños, según informó el servicio de Defensa Civil del estado de Río de Janeiro.
Los bomberos retomaron esta madrugada los trabajos de búsqueda y encontraron cuatro cadáveres bajo el lodo, mientras que 116 personas están desaparecidas. Los trabajos se habían suspendido el jueves por la tarde a raíz de alertas de nuevos deslizamientos de tierra.
La ciudad se encuentra en una situación de calamidad desde el martes pasado, al punto de que hay denuncias de vecinos contra el gobernador Claudio Castro por no enviar más bomberos: la situación es tan desesperante que los propios pobladores pasan horas buscando en medio de pozos de agua y lodo a sus seres queridos y amigos.
Petrópolis recibió el martes las peores lluvias desde 1932: en cuatro horas llovió lo previsto para todo febrero y hubo más de cincuenta aludes.
En ese marco, el derrumbe del Morro da Oficina provocó una inundación masiva en toda la ciudad, generando decenas de muertos y destrucción por la fuerza de los torrentes en los que se convirtieron las calles.
El gobierno federal, que planeó la visita del presidente Jair Bolsonaro este viernes al lugar -el gobernador Castro es uno de sus aliados políticos- dispuso una ayuda de alquiler social a los damnificados y suspendió el pago de todas las obligaciones financieras relativas a alquileres o créditos inmobiliarios.
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