El inesperado allanamiento del FBI a la mansión de Donald Trump en Mar-o-Lago, Florida, profundizó la grieta que divide cada vez más a los Estados Unidos en medio de una creciente polarización a tres meses de las elecciones de medio término del 8 de noviembre.
Por un lado, los demócratas e independientes que piden a gritos un juicio contra el expresidente por su rol en la toma del Capitolio el 6 de enero de 2021. Por el otro, su ejército de fieles seguidores y dirigentes del Partido Republicano que denuncian una “persecución política” para evitar que el magnate vuelve a la Casa Blanca en 2024.
Nunca un exinquilino de la Casa Blanca tuvo tantos problemas con la justicia. Sin embargo, aún no está claro el motivo del registro del FBI que sacudió a la sociedad estadounidense el lunes por la noche. Hoy los norteamericanos se preguntan si la redada tuvo que ver con las cajas que Trump se llevó de la Casa Blanca en enero de 2021 o con la investigación sobre su presunta responsabilidad en el asalto al Capitolio.
Pero también la prensa se interroga si el allanamiento se basó en las sospechas de fraude financiero que pesan sobre la Organización Trump en Nueva York. El FBI aún no brindó una aclaración que permita echar luz sobre el frente judicial del exmandatario.
Donald Trump se declara inocente y espera agazapado lanzar su candidatura presidencial
Trump se declara inocente en cada uno de estos casos y se considera blanco de una caza de brujas. En un comunicado difundido en medio del allanamiento a su residencia de Palm Beach, denunció que “estos son tiempos oscuros para nuestra Nación”.
“Esta incursión no anunciada en mi casa no era necesaria ni apropiada”, afirmó.
Pero desde el frente demócrata le marcaron la cancha. ”Nadie está por encima de la ley”, “ni siquiera un expresidente de Estados Unidos”, declaró a la NBC la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Como la mayoría de los demócratas, Pelosi lleva años pidiendo que el magnate rinda cuentas ante la justicia.
Los republicanos se presentan unidos en torno a Donald Trump
En la vereda de enfrente, la escalada judicial parece haber unido más al Partido Republicano en torno a Trump, hasta el punto de erigirlo en una especie de mártir entre sus seguidores. Nada más conocerse el allanamiento, un grupo de simpatizantes acudió a la lujosa residencia del exempresario para expresar su furia.
Algunos de ellos ondeaban banderas en las que se leía “Biden no es mi presidente”, un recordatorio de que más de un año y medio después de la derrota electoral de Trump muchos estadounidenses siguen convencidos de que le “robaron” a Trump las elecciones presidenciales de 2020.
En las redes sociales, algunos simpatizantes de Trump abogaban este martes por un “divorcio” en un país en las que las divisiones pueden parecer irreconciliables.
”Este es el tipo de cosas que suceden en países en guerra civil”, tuiteó Marjorie Taylor Greene, una congresista de Georgia conocida por sus exabruptos, llegando a solicitar el desmantelamiento del FBI. “¡La persecución política debe parar!”, exclamó.
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