El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko enfrenta un serio dilema: recibe cada vez más presiones de su aliado y colega ruso, Vladimir Putin, para sumarse en forma activa a la guerra de Ucrania. Pero un grupo de partisanos virtuales bielorrusos está golpeando el sistema ferroviario nacional para obstaculizar el paso de trenes rusos por su territorio.
Minsk es hoy el principal aliado de Rusia en la guerra. Incluso albergó masivos ejercicios militares previos a la invasión del 24 de febrero. Pero Lukashenko ha evitado involucrarse en forma directa en el conflicto, más allá de la ayuda militar y estratégica brindada a Moscú.
Los trenes rusos llegan a Bielorrusia en forma regular. Muchas formaciones acaban en la frontera con Ucrania, cargados de armas.
“Putin quiere que los bielorrusos comiencen a luchar contra Ucrania. Los bielorrusos no quieren. Lukashenko tampoco, pero ayuda a Rusia en la guerra proporcionando varios aeródromos desde los cuales se disparan misiles en forma regular contra el territorio de Ucrania”, afirmó el empresario y combatiente ucraniano Pavlo Sidorenko.
“Putin quiere que los bielorrusos comiencen a luchar contra Ucrania. Los bielorrusos no quieren. Lukashenko tampoco, pero ayuda a Rusia en la guerra proporcionando varios aeródromos desde los cuales se disparan misiles en forma regular contra el territorio de Ucrania”, afirmó el empresario y combatiente ucraniano Pavlo Sidorenko.
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