Hay personas que siguen sin vacunarse contra el Covid-19 porque temen a los efectos secundarios de la vacuna. En esta edición de Escala en París, Patricia Minaya Flores, doctora peruana y jefa del servicio de evaluación en Sanidad Pública y evaluación de vacunas en la Alta Autoridad de la Salud de Francia, nos despeja algunas dudas sobre los procesos de validación de las vacunas, su seguridad y riesgos y sobre qué medicamentos hay en el mercado para tratar la enfermedad.
El organismo para el que trabaja Patricia Minaya Flores evalúa qué vacunas que están en el mercado entran en la estrategia de vacunas que ya existen y cuál es la población que recibirá un beneficio máximo con esta vacunación. “Incluso antes de que se desarrollaran las vacunas contra la Covid-19, la Alta Autoridad comenzó a ver cuál tenía que ser esa población prioritaria y qué estrategia de vacunación se iba a seguir”, explica la doctora en Salud pública e Investigación clínica.
Cuando se autorizaron las vacunas de Pfizer y Moderna, la Alta Autoridad de la Salud de Francia no conocía efectos secundarios como la miocarditis, la pericarditis o la hiperplasia.
En general recibimos vacunas cuando somos pequeños, en dos dosis, y luego al cabo de 10 años se hace la de refuerzo para garantizar la protección. Es el caso por ejemplo con la del Tétanos. Hay otras vacunas, como la de la gripe, que se aplican una vez por año. Pero es la primera vez que estamos ante un virus, el Sars-Cov2, contra el que nos tenemos que vacunar cada tres meses. Parece más un tratamiento que una vacuna.
Patricia Minaya Flores asegura que no ha habido ningún tipo de presión en Francia por parte de los laboratorios para administrar la tercera dosis a la población. “Ha habido una colaboración increíble entre todos los actores para poder lograr una gestión de la pandemia de manera eficaz, incluida la industria farmacéutica”, defiende la científica.
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