China golpea otra vez a la economía mundial. Esta vez porque la segunda potencia económica no consigue poner su rueda en marcha a los niveles de 2019. La pandemia de coronavirus que se inició en China frenó a todos, menos a ellos, ya que el gigante asiático salió prácticamente indemne de la parálisis global.
En 2020, su economía creció un 2,3% anualizado, pero ya a fines de ese año negro, la marcha había subido a un 6% para el último trimestre.
Sin embargo, las prolongadas medidas de aislamiento bajo el objetivo "tolerancia cero" frente al coronavirus tienen un efecto negativo importante. Afecta sobre manera la vuelta a la actividad económica plena de China. Shanghai, el motor económico del país, está por debajo de los valores de producción previos a la pandemia.
La economía china, empantanada
El crecimiento económico de China se desaceleró drásticamente en el segundo trimestre de este año.
La producción se contrajo un 2,6% entre abril y junio en comparación con el trimestre anterior, y muchos analistas revisan las predicciones para la segunda parte del año, por supuesto a la baja. Esto llevó a muchos economistas a revisar sus predicciones para la segunda economía más grande del mundo.
En términos anuales, la economía apenas creció un 0,4% en el segundo trimestre, el peor desde los primeros meses de 2020 golpeados por la pandemia. Esto está muy por debajo de lo que en su Reporte de la Economía Mundial que publica el FMI (World Economic Outlook), el organismo multinacional preveía un crecimiento del 4,4% para 2022 y 5,1% para 2023. Algo que pasada la primera mitad del año ya parece imposible de cumplir.
Los economistas chinos calculan que - de manera optimista - el crecimiento final pueden rondar el 3% anual. Insuficiente para recuperar el bajo nivel de actividad de 2020 y 2021.
Para China, la guerra entre Rusia y Ucrania -de la que Beijing apenas hizo declaraciones de compromiso - también tuvo consecuencias: los precios de las principales materias primas importadas, como el petróleo y los alimentos, se han disparado desde abril.
Consecuencias internas y externas del "parate" chino
La oficina de estadísticas oficial de Beijing también aceptó este viernes que el desempleo juvenil ha aumentado al 19,3%, un número muy alto y una tendencia acelerada por los cierres totales o parciales impuestos en los principales centros de China en marzo y abril.
Especialmente, el confinamiento y los cierres afectaron sobremanera a la capital económica del país: Shanghai.