El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para las elecciones de octubre, responsabilizó al actual mandatario y su rival en los comicios, Jair Bolsonaro, por el hambre y el desempleo que sufre el país, al hablar en un acto en San Pablo.
“Después de que el PT acabó con el hambre en este país, nos damos cuenta de que 33 millones de brasileños se van a dormir sin tener que comer, que 105 millones de personas tienen un problema de insuficiencia alimentaria. ¿Cómo se explica que en un país que es el tercer mayor productor de alimentos del mundo la gente se vaya a dormir sin comer?”, dijo Lula.
“No es falta de capacidad productiva, es falta de dinero y esta falta de dinero es por el desempleo y el desempleo es por la falta de vergüenza en los rostros de los que gobiernan este país”, declaró en un acto del Partido de los Trabajadores (PT) en Diadema junto a su candidato a vice, el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, según declaraciones recogidas por el portal G1, del grupo Globo.
A unos kilómetros de distancia, Bolsonaro participó en una marcha con iglesias evangélicas en la que se definió como "defensor de la familia brasileña" y reafirmó su rechazo al aborto y la "ideología de género".
Lula, que según los sondeos podría ganar en primera vuelta el 2 de octubre, dijo que si se convierte en presidente va a recibir un país peor que el de 2003, cuando llegó por primera vez al poder.
“Tienen que saber que vamos a tener un país peor que el que teníamos en 2003. La inflación es más alta, las tasas de interés son más altas, el desempleo es más alto y lo que es más grave: la masa salarial es mucho menor", apuntó.
El exmandatario consideró a su vez que "no es difícil resolver el problema de los pobres" y prometió un impuesto a la renta para los ricos.
Bolsonaro ha decidido encarar la cuenta regresiva hasta los comicios del 2 octubre con una serie de beneficios relámpago y el mayor aumento del déficit fiscal desde 2015 en búsqueda del apoyo de la clase baja y clase media, dado que aparece segundo en las encuestas, a más de diez puntos de Lula.
En ese marco, el mandatario obligó esta semana a las estaciones de servicio a colocar carteles que informen sobre la reducción del precio de los combustibles, lograda gracias a una ley que bajó los impuestos que cobran los estados, que a su vez implicará que deban recortar presupuesto de salud, educación y ciencia.
La medida sobre los combustibles está acompañada de la llamada por los medios liberales "Enmienda Constitucional Kamikaze", que aprobó el Senado la semana pasada para aumentar el monto de los gastos sociales y darle 200 reales por mes hasta diciembre a camioneros y taxistas.
Lula fustigó este sábado esta última medida y apuntó que "sólo valdrá hasta diciembre": "¿Por qué ese fascista cree que el pueblo puede ser tratado como si fuese ignorante o ganado, que cree que los va a comprar dando un programa de seis meses?".
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