Según los datos de los servicios de inteligencia occidentales y los expertos militares, el ejército de Putin se verá obligado a poner fin a su ofensiva en la región oriental ucraniana de Donbás muy pronto.
“Llegará un momento en que los diminutos avances que Rusia está haciendo se vuelvan insostenibles a la luz de los costos y necesitarán una pausa significativa para regenerar la capacidad”, dijo un alto funcionario occidental, hablando bajo condición de anonimato para discutir un tema sensible.
Las evaluaciones se producen a pesar de los continuos avances rusos contra las fuerzas ucranianas superadas, incluyendo la captura el último viernes de la ciudad de Severodonetsk, el mayor centro urbano tomado por Rusia en el este desde el lanzamiento de la última ofensiva en Donbás hace casi tres meses.
Los rusos se acercan ahora a la ciudad adyacente de Lisychank, en la orilla opuesta del río Donetsk. La toma de la ciudad daría a Rusia el control casi total del oblast de Luhansk, uno de los dos oblasts, o provincias, que componen la región de Donbás. El control de Donbás es el objetivo declarado públicamente de la “operación militar especial” de Rusia, aunque la invasión de varios frentes lanzada en febrero dejó claro que las ambiciones originales de Moscú eran mucho más amplias.
Capturar Lysychank supone un reto porque se encuentra en un terreno más elevado y el río Donetsk impide el avance ruso desde el este. Así que, en su lugar, las tropas rusas parecen decididas a rodear la ciudad desde el oeste, presionando al sureste desde Izyum y al noreste desde Popasna, en la orilla occidental del río.
Según las conversaciones en los canales rusos de Telegram y la viceministra de Defensa ucraniana, Anna Malyar, los militares rusos están presionados para poner toda Luhansk bajo control ruso antes del domingo, lo que quizás explique el mayor impulso de la última semana.
Pero los avances “sigilosos” dependen casi por completo del gasto de grandes cantidades de munición, sobre todo de proyectiles de artillería, que se disparan a un ritmo que casi ningún ejército del mundo sería capaz de mantener durante mucho tiempo, dijo la alta funcionaria occidental.
Mientras tanto, Rusia sigue sufriendo grandes pérdidas de equipo y de hombres, lo que pone en duda cuánto tiempo más puede permanecer en el ataque, dijo el funcionario.
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