Los países de la Unión Europea (UE) acordaron conceder a Ucrania y Moldavia el estatus de candidatos a la adhesión al bloque, una decisión adoptada en tiempo récord por la invasión rusa.
De esta forma, los jefes de Estado y Gobierno de los 27 Estados miembros abrieron un complejo proceso que puede llevar varios años hasta concretarse, pero que marca su apoyo a Kiev frente a la guerra.
"Es un momento único e histórico en las relaciones entre Ucrania y la UE", tuiteó el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, y agregó que "el futuro de Ucrania se encuentra en el seno de la UE".
"Esta decisión nos fortalece a todos. Fortalece a Ucrania, Moldavia y Georgia, frente al imperialismo ruso. Y fortalece a la UE. Porque demuestra una vez más al mundo que estamos unidos y somos fuertes frente a las amenazas externas", escribió en la misma red social la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Georgia, otra exrepública soviética que también aspira a entrar en la UE, todavía deberá avanzar en sus reformas para alcanzar el estatus de país candidato, decidió la cumbre del bloque.
"Acuerdo. El Consejo Europeo acaba de decidir el estatus de candidato a la UE para Ucrania y Moldavia", informó por su parte el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Y agregó que se trata de "un momento histórico".
El presidente del Consejo Europeo también se refirió a que decidieron reconocer la perspectiva europea de Georgia y dijo que están dispuestos a concederle el estatus de candidato "una vez que se aborden las prioridades pendientes".
Moldavia tiene sus propios motivos para celebrar la decisión de hoy de la UE: país limítrofe de Ucrania, tiene abierto un conflicto con el Kremlin por el territorio separatista de Transnistria, escenario de una serie de atentados durante la guerra actual que llevaron a temer por una desestabilización del área.
Transnistria se separó del territorio moldavo tras una breve guerra civil en 1992, en la que contó con la ayuda rusa, y provocada tras el desmembramiento de la Unión Soviética, de la cual tanto Moldavia como Ucrania formaban parte.
De unos 500.000 habitantes, tiene su propia moneda, pero es sumamente dependiente de Rusia, que le suministra gratuitamente gas y tiene desplegados unas 20.000 toneladas de armamento de la época soviética y unos 1.500 soldados rusos.
Moldavia, por su parte, no dejó de reclamar todos estos años la integración de ambas zonas separadas por el río Dniester y acusa a Moscú de promover la independencia de esa franja, a la que considera con un estatus especial.
La cumbre de este jueves en Bruselas fue la primera de tres que se celebrarán en una semana en Europa, que pondrán a prueba el grado de unidad de Occidente para apoyar a Ucrania en medio de tensiones geopolíticas en aumento y del creciente impacto económico del conflicto.
Del domingo al martes, los líderes del Grupo de los Siete (G7) protagonizarán su cumbre anual en Alemania y, tras ella, los gobernantes de la OTAN se reunirán en España para debatir, en medio de diferencias, el ingreso de Finlandia y Suecia.
El caso de adhesión de Ucrania reavivó más temprano la frustración de países de los Balcanes Occidentales que desde hace años son candidatos a ingresar a la UE y cuyo proceso de adhesión chocó con escollos difíciles de salvar.
Macedonia del Norte, Albania, Montenegro y Serbia llevan varios años esperando, sin grandes avances en su adhesión al bloque, el mismo bloque que no escondió la prisa en conceder el estatus de país candidato a Ucrania y a Moldavia.
Líderes de la UE y de los Balcanes occidentales mantuvieron hoy una reunión en Bruselas, que terminó sin que haya sido posible verificar cualquier avance.
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