Robert Prevost puede ser a Donald Trump lo que Karol Wojtyla (Juan Pablo II) fue para el Kremlin.
La frase se escuchó en los estudios de la RAI de boca de un experto vaticanista poco después de que el flamante papa estadounidense, de fuerte impronta latinoamericana, salió al balcón de la Basílica de San Pedro y habló de paz y de tender “puentes” como hacía el propio Jorge Bergoglio.
“Ganó Francisco”, resumió a TN la periodista italiana Francesca Ambroggeti, autora de dos libros sobre el fallecido papa argentino.
El nuevo papa León XIV no es Jorge Bergoglio, pero comparte con él su compromiso por los pobres y los migrantes. Su perfil ubica al presidente republicano en una posición cuanto menos incómoda ante el nuevo pontífice, más allá de la felicitación oficial de la Casa Blanca.
“La Iglesia le acaba de mandar un mensaje a Trump. Prevost viene de Chicago, una ciudad santuario, generalmente demócrata, que representa una voz tranquila y calma, de mayor aceptación hacia la comunidad hispana y emigrante. Es un claro mensaje a la Casa Blanca: la Iglesia va a estar para proteger a quienes más lo necesitan", dijo el analista político estadounidense Luis Alvarado.

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