Los primeros estadounidenses en votar en forma presencial este 5 de noviembre serán los habitantes de Guam, en el Pacífico Occidental, uno de los 14 territorios insulares no incorporados de Estados Unidos. La isla es conocida como “el lugar donde comienza el día” en la vasta geografía de este país que el martes elegirá a su nuevo presidente o a su primera presidenta entre el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris. Pero el voto de los poco más de 32.000 guameños habilitados para sufragar no tiene el mismo peso que el de cualquier otro ciudadano de los 50 Estados de la Unión. A simple vista, el sistema electoral estadounidense es confuso. De hecho, un candidato podría ser electo si gana los 11 principales Estados, aunque nadie los vote en los restantes 39. Pero la mayoría de estos territorios son fieles a un partido. Así, en Nueva York y California siempre ganan los demócratas, y en Texas o Utah lo hacen los republicanos. Pero hay siete estados, los llamados “swing states”, que suelen cambiar de color y definirán al ganador de estas elecciones. Ellos son Pensilvania (20 electores), Wisconsin (10), Michigan (16), Carolina del Norte (15), Arizona (11), Nevada (6) y Georgia (16). Son en total 94 grandes electores que definirán quién será el ganador.