Alrededor de una decena de altos mandos de Hezbollah murieron junto con Ibrahim Aqil, jefe de la unidad de fuerzas especiales Radwan del movimiento, que fue atacado en Beirut por la aviación israelí, informó el portavoz militar de Israel.
“Esta eliminación tiene por objeto proteger a los ciudadanos de Israel”, dijo en una breve declaración a la prensa, añadiendo que Israel no busca una escalada regional.
Por otro lado, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, aseguró este viernes que los ataques en esta “nueva fase” de la guerra contra el grupo terrorista Hezbollah continuarán hasta que los israelíes desplazados de las comunidades fronterizas puedan volver a casa.
“La serie de operaciones en la nueva fase de la guerra continuará hasta que logremos nuestro objetivo: garantizar el regreso seguro de las comunidades del norte de Israel a sus hogares”, dijo Gallant en un comunicado, horas después del bombardeo israelí en Beirut contra altos cargos de Hezbollah.
Al menos doce personas han muerto y otras 66 han resultado heridas en el sur de Beirut en lo que el Ejército israelí ha descrito como un “bombardeo selectivo”, según un balance preliminar de víctimas confirmado por el Ministerio de Sanidad libanés, en medio del repunte de los enfrentamientos con el partido-milicia chií Hezbollah y ante el temor de expansión del conflicto en Oriente Próximo.
Según las informaciones recogidas por la agencia estatal libanesa de noticias, NNA, el bombardeo ha alcanzado un edificio de apartamentos en el área de Dahieh -situada en el sur de Beirut y de mayoría chií, con gran influencia de Hezbollah-. Las fuerzas israelíes habrían disparado cuatro misiles.
El Ministerio de Sanidad ha advertido en su balance de que, de los 66 heridos, al menos nueve se encuentran en estado crítico, por lo que no se descarta que la cifra de víctimas pueda aumentar en las próximas horas.
El primer ministro interino de Líbano, Nayib Mikati, ha convocado una reunión de urgencia para analizar lo ocurrido, si bien ya ha cargado contra Israel, país al que ha acusado de no tener “ningún tipo de consideración humanitaria, jurídica y moral” a la hora de perpetrar sus operaciones militares. Por ello, ha instado a la comunidad internacional a posicionarse de forma “clara”.