Nuevamente, estallaron walkie-talkies usados por el Hezbollah libanés en bastiones del grupo islamista al sur de Beirut y en el sur y el este del país. El atentado, que repitió una situación similar que había ocurrido el martes, dejó al menos 20 muertos y 450 heridos, anunció el Ministerio de Salud. De esta manera, empiezan a reflotar los temores de una guerra regional, un día después de las explosiones de bíperes de miembros del movimiento islamista proiraní. El saldo total de los dos atentados, atribuidas por Hezbolá a Israel, fue de 26 muertos y más de 3.200 heridos, de acuerdo con balances oficiales libaneses.
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