Al menos nueve personas murieron y cerca de 2800 resultaron heridas, unas 200 de ellas de gravedad, a causa de la explosión en cadena de buscapersonas que estaban en manos de miembros del grupo Hezbollah en varios puntos del Líbano y Siria. De acuerdo a Hezbollah, un miembro del grupo, hijo del parlamentario libanés Ali Ammar, murió en una de las explosiones, y una niña de nueve años, Fatima Jaafar Abdullah, perdió la vida cuando un dispositivo explotó en la casa de sus padres en el pueblo de Saraain. Los dispositivos de comunicación del grupo extremista eran del último modelo, introducidos en los últimos meses, según informaron a Reuters tres fuentes de seguridad. Se trata del aparato conocido como beeper, un dispositivo de comunicación inalámbrica que se utiliza para recibir mensajes cortos de texto o señales de alerta. Un alto funcionario de inteligencia militar y un funcionario del grupo terrorista libanés con conocimiento de la situación dijeron que los buscapersonas fueron detonados. El segundo sostuvo que se creía que habría sido un hackeo israelí.
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