Nicolás Maduro quiere aprobarla ya. La llamada “Ley Contra el Fascismo, Neofascismo y Expresiones Similares” que impulsa la Asamblea Nacional busca imponer nuevas reglas para la futura participación política en Venezuela. El objetivo es claro: inhabilitar a cualquier dirigente o partido que tenga expresiones afines a esa ideología totalitaria. Pero la oposición afirma que se trata de una táctica más del chavismo para criminalizar y silenciar a la oposición. De hecho, el gobierno acusa hoy de fascista a la principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), liderada por María Corina Machado y que reivindica su triunfo en las elecciones presidenciales del 28 de julio. De aprobarse la ley, según temen dirigentes de la oposición, todos los partidos que conforman esa alianza podrían ser inhabilitados. Hoy el chavismo se inclina a considerar fascista a todo aquel que no concuerde con sus posiciones ideológicas y no acepte el contestado triunfo de Maduro en los últimos comicios.
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