El jefe de la Inteligencia del Ejército israelí, Aharon Haliva, se convirtió en el primer alto cargo de las Fuerzas Armadas en renunciar por los errores que permitieron el ataque de Hamas del 7 de octubre a Israel, que causó unos 1200 muertos y dejó más de 240 personas secuestradas y llevadas a la Franja de Gaza. “La Dirección de Inteligencia, bajo mis órdenes, no llevó a cabo su labor”, dijo en una carta dirigida al jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, y compartida por el Ejército. El jefe de la Inteligencia militar se encontraba de vacaciones el 7 de octubre y, según publicaron medios israelíes, no estuvo disponible por teléfono cuando el Ejército empezó a notar señales que podría haber un ataque desde la Franja de Gaza. “He cargado con ese día negro desde entonces, cada día, cada noche. Siempre cargaré con el dolor terrible de la guerra”, aseguró el responsable en su misiva.
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