Comenzaron las elecciones presidenciales en Rusia que se extenderán durante tres días y darán, casi seguro, ganador a Vladimir Putin, gracias a su inmensa maquinaria de persecución a la oposición y fraude. Por eso, como era de esperarse, la primera jornada no transcurrió en paz: en ciudades de todo el país se registraron incidentes e irregularidades que dan cuenta del grado de descontento del pueblo con este evento.
El Kremlin informó que ya son 13 las personas detenidas por vandalismo en centros electorales. La primera fue una mujer en Moscú que incendió una urna y llenó el espacio de humo, demorando el turno de otros electores. “La acción ilegal fue rápidamente detenida por los agentes de la Policía por lo que nadie resultó herido”, informaron las autoridades.
Por este mismo motivo, otra persona fue arrestada en la ciudad siberiana de Janti Mansisk mientras en San Petersburgo una mujer de unos 20 años intentó arrojar un cóctel Molotov contra otra sede de votación y algo similar sucedió en la región de Chelyabinsk con un hombre y un petardo.
A estos se sumaron otros nueve rusos que tiraron tinta en las urnas, inhabilitando así las boletas en su interior. El video de una mujer vertiendo el líquido verde en una de las cajas en Moscú se volvió viral en pocas horas y alentó a otros a que siguieran sus pasos, aunque no sin consecuencias.
La presidenta del Comité Ejecutivo Central de Rusia, Ela Pamfílova, declaró que “todos (estos sujetos) han sido detenidos” y advirtió a “otros que se atrevan a intentarlo que también serán detenidos”. “No se trata de un fanatismo ordinario sino de acciones con elementos de terrorismo”, agregó.
A todas estas personas se las acusa de violar el artículo 141 del Código Penal, que refiere a las sanciones que caben por obstruir el ejercicio del derecho de sufragio, y por las que podrían ser condenados a entre tres y cinco años de cárcel.
La oposición, sin embargo, no fue la única que se llevó la atención en esta primera jornada; los seguidores y el equipo de Putin también hicieron lo propio para tratar de garantizarle un nuevo mandato en el Kremlin.
Muchos empleados estatales y miembros de las Fuerzas Armadas se presentaron exactamente a la misma hora, alegando una mera coincidencia e intentando tapar las órdenes que les habían sido dadas para demostrar un fuerte apoyo al Presidente en esta primera jornada.
Asimismo, en un determinado momento, las autoridades aseguraron que la participación del voto electrónico era tan alta que el sistema se había colapsado. Esto sólo inundó a la oposición de sospechas, que ya desconfiaba de este método por las dificultades que presenta su monitoreo.
En tanto, entre los vecinos de distintas ciudades rusas se realizaron rifas para estimular la participación y garantizar más votos para Putin. En Siberia, por ejemplo, una empleada de limpieza fue beneficiada con un departamento mientras un oficial de la policía ganó un auto. También, en la región de Chelyabinsk, el hospital local prometió análisis gratuitos a cambio de su papeleta y otros colegios electorales premiaban a los asistentes con torta.
Por último, un grupo de rusos se burló del evento y se presentó con disfraces de conejos y castores.
A todo esto aún debe sumarse la convocatoria del difunto opositor Alexei Navalny de “Mediodía con Putin”, que busca concentrar a la mayor cantidad de miembros de la oposición en los distritos electorales de todo el país con el ánimo de captar la atención de la comunidad internacional y dejar en claro que el resultado de los comicios -de dar ganador a Putin- no es más que resultado del fraude.
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