La última no ha sido la semana de Boeing. Nuevamente, un vuelo de United Airlines con destino a San Francisco tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en Sídney, Australia, solo dos horas después de su partida, debido a una fuga de líquido hidráulico procedente del área de su tren de aterrizaje. Este incidente se suma a otros cuatro ocurridos en los últimos días, elevando las preocupaciones sobre la fiabilidad de los modelos de Boeing. La semana pasada se registraron otros incidentes igual de alarmantes. En el primero de ellos, un Boeing 737 de United Airlines se desvió de la pista de aterrizaje hacia una zona boscosa; mientras que otro vuelo con destino a Ciudad de México desde San Francisco tuvo que ser desviado a Los Ángeles debido a un problema con el sistema hidráulico de la aeronave. En el tercero, un motor se incendió en pleno vuelo después de ingerir burbujas de plástico, y otro vuelo de United Airlines con destino a Japón se vio forzado a desviar su ruta hacia Los Ángeles después de perder uno de sus neumáticos poco después del despegue desde San Francisco.
- Internacionales