El Gobierno británico anunció la implementación de un impuesto al carbono para importaciones, que se espera esté en funcionamiento para 2027, con el objetivo de apoyar el rumbo hacia la descarbonización definitiva. Los bienes importados al Reino Unido desde países con un precio de carbono más bajo o nulo tendrán que pagar un impuesto para 2027, lo que garantizará que enfrenten un precio de carbono comparable al de los producidos en el Reino Unido. El impuesto afectará a las importaciones de hierro, acero, aluminio, cerámica y cemento procedentes del extranjero. Esta medida busca reducir el riesgo de "fuga de carbono", evitando que las emisiones se desplacen a otros países con precios más bajos o sin precio al carbono, informó el Tesoro británico a cargo del ministro Jeremy Hunt. De esta forma, Reino Unido está legislando para alcanzar cero emisiones netas, y ha reducido sus emisiones más rápidamente que cualquier otro país del G7, destacó Hunt. No obstante -observó-, los esfuerzos de descarbonización del Reino Unido podrían no tener éxito si solo conducen a un aumento de las emisiones en el extranjero. El cargo aplicado por el Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM) de la UE dependerá de la cantidad de carbono emitido en la producción del bien importado y la diferencia entre el precio del carbono aplicado en el país de origen y el precio enfrentado por los productores británicos.
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