El líder norcoreano Kim Jong Un estableció que las mujeres tienen el deber de detener el descenso en los nacimientos que se dan en el país para poder fortalecer el poder nacional.
La disminución en la tasa de fertilidad de Corea del Norte es un problema que ha estado latente durante los últimos 10 años. Si bien los datos precisos de la demografía norcoreana son difíciles de obtener debido a las limitadas estadísticas que son publicadas, el gobierno sostiene que la situación es preocupante.
Los datos resultan alarmantes debido a que el país depende de movilizar trabajadores para mantener a flote una economía sujeta a fuertes sanciones.
Por primera vez en 11 años se llevó a cabo la Reunión Nacional de Madres en Pyongyang, un llamativo evento en el que Kim realizó la petición. Allí dio un discurso de apertura en el que comentó: “Detener el declive de las tasas de natalidad y prestar unos buenos cuidados y educación son todos asuntos familiares nuestros que debemos resolver junto con nuestras madres”.
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