Israel afirmó que está "en guerra" tras el sorpresivo ataque por tierra, mar y aire de milicianos palestinos, que incluyó la captura de soldados y civiles en localidades fronterizas, y aseguró que el movimiento Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, pagará "un precio sin precedentes", en una nueva escalada de violencia que dejó decenas de muertos y heridos.
"Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. No es una operación, no son rondas de combates, es una guerra", indicó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un video difundido en sus redes sociales.
"Ordené, en primer lugar, que se desalojaran las comunidades en las que se habían infiltrado terroristas. Esto actualmente se está llevando a cabo. Al mismo tiempo, he ordenado una amplia movilización de reservas y que devolvamos el fuego de una magnitud que el enemigo no ha conocido. El enemigo pagará un precio sin precedentes", explicó el premier.
El ejército indicó por la noche que libraba libra combates en 22 lugares del territorio israelí con "cientos de infiltrados", pero que había recuperado el control de la mayor parte de las comunidades fronterizas con la Franja a las que habían ingresado milicianos palestinos.
A la vez, las autoridades confirmaron que una cantidad "considerable" de civiles y soldados israelíes están retenidos como rehenes en la Franja de Gaza por miembros de Hamas.
En un segundo mensaje que emitió por las redes sociales, Netanyahu advirtió que "esta guerra llevará tiempo. Será difícil. Nos esperan días desafiantes".
"Puedo prometer una cosa: con la ayuda de Dios, las fuerzas que todos tenemos en común y nuestra fe en el Eterno de Israel, venceremos", dijo dirigiéndose a la ciudadanía israelí.
Tras detallar las múltiples operaciones militares contra los grupos terroristas que atacaron el sudeste del país, el primer ministro afirmó que "todos los lugares en los que Hamas está desplegado, escondido y operando, esa ciudad malvada, los convertiremos en escombros".
Y le advirtió "a los residentes de Gaza: váyanse ahora porque actuaremos con fuerza en todas partes".
Los servicios de emergencias israelíes informaron que al menos 200 personas murieron y más de 1.000 resultaron heridas durante el día.
La parte palestina, en tanto, comunicó que hay al menos 230 fallecidos y 1.650 heridos por la respuesta israelí en la Franja de Gaza.
La nueva escalada de violencia, que coincidió con los 50 años de la guerra de Yom Kippur, en la que Israelí sufrió un sorpresivo ataque por parte de Egipto y Siria, comenzó con un lanzamiento masivo de cohetes desde varios puntos de la Franja de Gaza a partir de las 6:30 horas (00:30 de la Argentina).
El portavoz del ejército israelí, el teniente coronel Richard Hecht, mencionó que al menos 2.200 cohetes fueron disparados, mientras que Hamas reivindicó el lanzamiento de 5.500 proyectiles.
Las sirenas sonaron tanto en el sur de Israel como en Jerusalén y la policía pidió a la población permanecer cerca de los refugios antiaéreos.
Varias compañías aéreas anularon sus vuelos de este fin de semana a Tel Aviv.
Como respuesta, el Ejército israelí ratificó lo anunciado previamente por Netanyahu y anticipó que miles de reservistas fueron llamados a filas para operar en Gaza, así como en el norte del país, cerca de las fronteras con Líbano y Siria, y en la ocupada Cisjordania.
A la vez, lanzó una serie de ataques aéreos contra la Franja de Gaza. En esos operativos, las fuerzas informaron que bombardearon "dos edificios de varias plantas" en Gaza.
Por su parte, la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció este sábado que esos ataques mataron a dos trabajadores sanitarios.
"Las fuerzas israelíes atacaron el hospital indonesio del enclave y una ambulancia frente al hospital Nasser, en el sur de Gaza. Los ataques mataron a una enfermera y a un conductor de ambulancia, hirieron a varios y dañaron una estación de oxígeno", comunicó la ONG en su cuenta de la red social X, antes Twitter.
El Ministerio de Energía israelí ordenó cortar el suministro de electricidad de este enclave de 362 kilómetros cuadrados, en el que viven 2,3 millones de palestinos, sometido desde 2007 a un estricto bloqueo israelí.
Por su parte, el jefe de Hamas, Ismail Haniyeh, declaró que vislumbra "una gran victoria" en la ofensiva general lanzada contra Israel desde la Franja de Gaza.
"Estamos a punto de lograr una gran victoria y una clara conquista en el frente de Gaza", manifestó en un discurso emitido por la televisión Al Aqsa, dirigida por el grupo armado.
"Ya basta, hay que poner fin al ciclo de intifadas (levantamientos) y revoluciones en la lucha por la liberación de nuestra tierra (palestina) y de nuestros presos", añadió.
Tras la ofensiva de Hamas, el presidente palestino, Mahmud Abbas, que pertenece a Al Fatah, mantuvo este sábado una reunión de emergencia con funcionarios de seguridad de su gabinete y destacó el derecho de su pueblo a la autodefensa.
Abbas "enfatizó el derecho del pueblo palestino a la autodefensa contra el terrorismo de los colonos y las tropas israelíes", indicó la agencia de noticias palestina Wafa.
Egipto, mediador central entre Palestina e Israel, anunció que mantiene contactos a nivel internacional para "contener la tensa situación" y alertó sobre las "graves repercusiones" por una nueva escalada de violencia.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas celebra hoy una reunión de emergencia para debatir la situación a las 16 horas de Argentina, tras un pedido de Brasil, que preside el órgano.
El secretario general de la ONU, António Guterres, instó a la comunidad internacional a realizar "esfuerzos diplomáticos para evitar una ampliación de la conflagración".
En un comunicado, Guterres condenó "en los términos más firmes el ataque de Hamas contra ciudades israelíes cercanas a la Franja de Gaza y en el centro de Israel", manifestó su "profunda preocupación por la población civil" y llamó a "la mayor moderación" a las partes enfrentadas.
La ofensiva fue celebrada por dos enemigos de Israel en la región: el movimiento chiita libanés Hezbollah e Irán.
"La resistencia ha logrado hasta ahora victorias espectaculares durante esta operación", declaró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Nasser Kananim en referencia al movimiento palestino.
La nueva escalada de violencia fue condenada por gobiernos de todo el mundo, como el de Alberto Fernández, que hizo además un llamamiento para que "se ponga fin a la violencia" en la región, al tiempo que ordenó reforzar la seguridad de todos los ámbitos de la comunidad judía en el país y el envío de ayuda humanitaria.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló por teléfono con Netanyahu, a quien le transmitió su "condena al atroz asalto contra Israel por parte de terroristas de Hamas", informó la Casa Blanca, que alertó sobre "cualquier otra parte hostil que busque aprovecharse de la situación".
"Estados Unidos apoya a Israel. Jamás dejaremos de respaldarlos", dijo Biden por la tarde en una declaración transmitida por televisión desde la Casa Blanca.
Israel mantiene un duro bloqueo contra la Franja de Gaza, un empobrecido y sobrepoblado territorio palestino, desde que en 2007 asumió todo el poder Hamas.
Desde entonces se produjeron varias guerras devastadoras entre combatientes palestinos y fuerzas israelíes. Las dos partes vivieron momentos de tensión en septiembre, cuando Israel cerró la frontera para los trabajadores palestinos durante dos semanas.
El cierre fronterizo fue criticado como un castigo colectivo que perjudicó a miles de trabajadores palestinos, que pueden ganar más dinero en Israel que en Gaza, donde el desempleo es muy elevado.
La reapertura fronteriza despertó la esperanza de una mejora de la situación en Gaza, donde viven 2,3 millones de personas.