Estados Unidos anunció el envío de 345 millones de dólares en ayuda militar para Taiwán, lo que constituye el primer gran paquete de la administración Biden que recurre a los propios arsenales estadounidenses para ayudar a Taiwán a contrarrestar a China.
Según el anuncio de la Casa Blanca, el paquete incluirá defensa, educación y formación para los taiwaneses. Washington enviará sistemas portátiles de defensa antiaérea (MANPADS, por sus siglas en inglés), capacidades de inteligencia y vigilancia, armas de fuego y misiles, según dos funcionarios estadounidenses que hablaron bajo condición de anonimato para discutir asuntos sensibles antes del anuncio.
Los legisladores estadounidenses han estado presionando al Pentágono y a la Casa Blanca para que aceleren la entrega de armas a Taiwán. Los objetivos son ayudarle a contrarrestar a China y disuadir a este país de plantearse un ataque, proporcionando a Taipei armamento suficiente para que el precio de una invasión sea demasiado alto.
El paquete se suma a los casi 19.000 millones de dólares en ventas militares de F-16 y otros importantes sistemas de armamento que Estados Unidos ha aprobado para Taiwán. La entrega de esas armas se ha visto obstaculizada por problemas en la cadena de suministro que comenzaron durante la pandemia de COVID-19 y se han agravado por las presiones sobre la base industrial de defensa mundial creadas por la invasión rusa de Ucrania.
La diferencia es que esta ayuda forma parte de una autoridad presidencial aprobada por el Congreso el año pasado para extraer armas de los actuales arsenales militares estadounidenses, de modo que Taiwán no tendrá que esperar a la producción y venta de armamento. De este modo, el suministro de armas es más rápido que la financiación de armamento nuevo.
El Pentágono ha utilizado una autoridad similar para hacer llegar a Ucrania municiones por valor de miles de millones de dólares.
Taiwán se separó de China en 1949 en medio de una guerra civil. El presidente chino, Xi Jinping, mantiene el derecho de China a apoderarse de la isla, ahora autogobernada, por la fuerza si es necesario. China ha acusado a Estados Unidos de convertir Taiwán en un “polvorín” con los miles de millones de dólares en venta de armas que ha prometido.
Estados Unidos mantiene una política de “una sola China”, en virtud de la cual no reconoce la independencia formal de Taiwán y no mantiene relaciones diplomáticas formales con la isla en deferencia a Beijing. Sin embargo, la ley estadounidense exige una defensa creíble para Taiwán y que EEUU trate todas las amenazas a la isla como asuntos de “grave preocupación”.
Hacer llegar los arsenales de armas a Taiwán ahora, antes de que se inicie un ataque, es una de las lecciones que Estados Unidos ha aprendido de la invasión rusa de Ucrania, según declaró a la agencia de noticias AP la subsecretaria de Defensa del Pentágono, Kathleen Hicks, a principios de este año.
Ucrania “fue más un enfoque de arranque en frío que el enfoque planeado en el que hemos estado trabajando para Taiwán, y aplicaremos esas lecciones”, dijo Hicks. Los esfuerzos para reabastecer a Taiwán tras el estallido de un conflicto serían complicados porque se trata de una isla, dijo.
China envía regularmente buques y aviones de guerra a través de la línea central del estrecho de Taiwán, que sirve de amortiguador entre ambas partes, así como a la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán, en un esfuerzo por intimidar a los 23 millones de habitantes de la isla y desgastar sus capacidades militares.
Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Washington, declaró el viernes que Beijing se “opone firmemente” a los vínculos militares de Estados Unidos con Taiwán. Estados Unidos debe “dejar de vender armas a Taiwán” y “dejar de crear nuevos factores que puedan provocar tensiones en el estrecho de Taiwán”, dijo Liu.
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