El Gobierno del Gabriel Boric anunció que Chile votará la nueva Constitución el próximo 4 de septiembre. Un anuncio que llegó acompañado de la victoria del "no" a la nueva Carta Magna en un sondeo semanal, y sobre lo que Boric aseguró modificará "lo que sea necesario" para que la nueva Constitución salga adelante.
"Que se modifique lo que haya que modificar", así reaccionaba este martes el presidente Gabriel Boric ante los sondeos de opinión que muestran una ventaja del rechazo a la nueva Carta Magna.
Y es que la nueva encuesta semanal de la encuestadora Cadem, publicada el lunes, trajo malas noticias para el flamante presidente Gabriel Boric y para los miembros de la Convención Constituyente.
El rechazo a la nueva Constitución, que todos los mayores de 18 años deberán votar de obligatoriamente el próximo 4 de septiembre, se situó en torno al 46% y superó por primera vez el índice de apoyo, que alcanza el 40%.
La actual Constitución de Chile es la heredada de la época de Augusto Pinochet, dictador que gobernó el país 1973 y 1990, y muchos expertos opinan que esta es la fuente de la profunda desigualdad por su fuerte corte neoliberal.
En esta línea, el proceso constituyente nació tras las protestas -o despertar social- de Chile de 2019, desencadenadas por la subida del precio de los boletos del metro; pero que arrastraban un gran descontento por la desigualdad en el país.
En un histórico plebiscito en octubre de 2020, casi un 80 % de los chilenos se mostró a favor de cambiar la Constitución y en mayo del año siguiente se eligió en las urnas a los 155 miembros de la Convención Constituyente, encargada de redactar el documento, de tendencia progresista y con un gran número de ciudadanos independientes.
El organismo también es paritario entre hombres y mujeres y tiene 17 escaños reservados para los pueblos indígenas.
La nueva Constitución tiene una voluntad deliberada de acabar con la herencia de la dictadura y por eso es tan importante para el actual Ejecutivo de izquierda. De hecho, la fecha propuesta para su votación es un "guiño" al expresidente socialista Salvador Allende, que ascendió al poder el 4 de septiembre de 1970 y fue derrocado en el golpe de Estado de Pinochet, en el 1973 -cuando también fue asesinado-.
La nueva propuesta cambia profundamente el entramado constitucional vigente y las instituciones chilenas. Motivo por el que ha generado cierto sentimiento de distanciamiento entre los que redactan la Carta Magna y un sector de la población, especialmente los identificados con la derecha.
Algunos incluso acusan de que algunas de las normas ya redactadas se han llevado a cabo sin el respaldo de la mayoría de los miembros de la Convención, algo que desmentido por la propia institución.
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