El Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (el BAFICI) cumple un cuarto de siglo en la edición que arranca el próximo 17 de abril y que presentó su programación en una sala llena, como serán las que alberguen los films de sus distintas secciones. Más de 250 películas y 500 proyecciones, un récord de inscripción de cine argentino, una continuidad que vio pasar siete gobiernos y una avalancha de películas propuestas, entre 3.500 y 4.000, a consideración de un equipo que trabajó en pocos meses, y cambio de gestión mediante, con la camiseta puesta. La cinéfila Lugones del Teatro San Martín fue el escenario en el que el director artístico Javier Porta Fouz, y la ministra de Cultura de la Ciudad, Gabriela Ricardes, cortaron la cinta imaginaria de un festival que blande su continuidad como un triunfo (sólo en 2020 se canceló, por la pandemia) en tiempos de incertidumbres. Como en un universo paralelo a ellas, el lanzamiento se habló de cine, de películas nuevas, directores por conocer y rescates, lujos para rever en pantalla grande como París, Texas, de Wim Wenders (1984), Después de hora, de Scorsese, restaurada en 4K (1985) o la mítica Adiós Sui Generis, de Bebe Kamin (1976) que se verá en fílmico, 35 mm.
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