Una semana después de la difusión del dato de inflación correspondiente a febrero, con un número más alto que el previsto por las estimaciones oficiales, y en medio de una importante suba en el precio de los alimentos, el Gobierno afrontará el martes la discusión por el aumento del salario mínimo.
El encuentro -el primero en lo que va del año- fue convocado por el Ministerio de Trabajo y se realizará el martes por la tarde con la participación de los representantes sindicales y cámaras empresarias que forman parte del Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM).
El organismo resolvió en noviembre que a partir del 1° de marzo el ingreso mínimo sea de $69.500. Una familia de cuatro integrantes compuesta por dos adultos y dos niños necesitó en febrero $177.063 para no ser considerada pobre, según el INDEC, por lo que si ese hogar percibe hoy dos salarios mínimos no llega supera el umbral.
Esto ocurre en medio de un escenario marcado por un fuerte salto de la inflación, que en febrero fue del 6,6% y el alza fue aún mayor en el rubro alimentos, donde la suba fue del 9,8%, el mayor salto en seis años.
Además de ser el sector con mayor incidencia en todas las regiones del país, es el que más afecta a los sectores vulnerables, que destinan casi la totalidad de sus ingresos a cubrir la canasta básica de alimentos.
La pauta oficial que marca el Presupuesto es de 60% de inflación anual. Sin embargo, las consultoras privadas anticipan que en 2023 estará cerca del 100%. Habrá que ver, entonces, cuál será el aumento del salario mínimo que se definirá durante el encuentro, aunque suele estar vinculado a las expectativas oficiales y seguramente no se recuperará la merma de los últimos años.
El salario mínimo es la menor remuneración que debe percibir un trabajador sin cargas de familia en su jornada legal de trabajo que le asegure una vida digna. El valor sirve como referencia sobre el sector informal y también para la actualización de programas sociales, como el Potenciar Trabajo o las Becas Progresar.
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