El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reportó que la inflación fue del 6% en enero, por encima del 5,1% de diciembre y acumuló una variación del 98,8% en los últimos doce meses. Pese a los esfuerzos, parece que el Gobierno no logra controlar la escalada de precios y es esperable que tome nuevas medidas tras el dato del primer mes del año, por lo que la pregunta es qué hará el Banco Central (BCRA) ahora.
La gran duda es si subirá la tasa de política monetaria y la del plazo fijo tradicional. En el mercado se dijo, en las últimas horas, que la dejará tal como está, pero dentro del Central aún se estaría discutiendo y éste será, sin dudas, uno de los temas que se tocarán en la reunión de directorio.
En general, la visión del regulador monetario es mantener la tasa en el 75% anual, como hasta ahora, con un interés efectivo anual del 107%. Pero no habría nada definido, por el momento, porque hay distintas posturas en la mesa del directorio.
Plazo fijo: posturas a favor de subir la tasa
Por un lado, algunos integrantes de ese organismo consideran que es necesario dar una señal fuerte por parte del BCRA para controlar la inflación y también asegurarse de que los pesos no vayan al dólar.
El economista Fabio Rodríguez, director de MyR Consultores, menciona que el Gobierno ya dio pautas de que no cambiará las tasas, dado que el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, “salió a decir que la inflación core (núcleo) viene alineada con la tasa y el tipo de cambio”.
El tema, según Rodríguez, es que incidieron mucho algunos factores estacionales, pero su visión es que “no está claro que la aceleración también venga por alimentos y las expectativas siguen desancladas”, por lo que considera que es entendible que haya posturas que, en base a esto último, quieran “sobre reaccionar y dar señal de más dureza monetaria”.
Plazo fijo: los argumentos en contra de modificar la tasa
Sin embargo, no todos piensan igual y, una de las razones principales que hace que gran parte de los directores se resista a avanzar en este sentido ronda en torno a que una suba de tasas podría mandar al mercado la señal de que el BCRA ve una aceleración de la inflación y no un alza puntual de enero que se revertiría en febrero por efecto de las políticas económicas de negociación con los formadores de precios.
Y es que, según señala el director de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, “las tasas de interés de los plazos fijos siguen siendo positivas en términos reales”. Cabe recordar que la tasa efectiva mensual de esos instrumentos está en el 6,25%, contra una inflación del 6% mensual. Y, con la expectativa de una leve desaceleración de la inflación para febrero, todo indicaría que el BCRA no necesitaría tocar el rendimiento debido al mal resultado de enero.
Asimismo, si bien una suba tendría un costo marginal menor en cuanto al déficit cuasifiscal, algunos estiman que subir cuatro puntos impactaría con un incremento de 0,1% de ese acumulado respecto del PBI.