Un informe reciente de la consultora First Capital Group reveló que, en enero, se incrementaron en un 6,3% las operaciones con tarjetas de crédito para compras en pesos, con un saldo de $2.288.966 millones para el mes (unos $135.968 millones por encima de diciembre) y un crecimiento interanual del 80,6%. Así, estos instrumentos de pago se convirtieron en la herramienta financiera más usada por las personas.
El economista Christian Buteler señala a Ámbito que esto responde a que “las tarjetas de crédito son, para muchos, la única forma de financiación que tienen”. Explica que, si bien se trata de una financiación a corto plazo, cuando uno no llega con el dinero, este método de pago sirve para llegar a fin de mes. “La gente lo que busca, generalmente, es cubrir un bache financiero pagando con la tarjeta”, asegura.
Para el asesor financiero Marcelo Bastante, en tanto, este crecimiento del uso de las tarjetas de crédito “obedece fundamentalmente a la inflación, ya que los tarjetahabientes logran diferir el pago de sus gastos, en promedio, 18 días hábiles”.
Los beneficios de pagar con tarjeta de crédito
Y explica que esto obedece a que, si un tarjetahabiente hace el consumo luego del cierre de la facturación del mes, logra diferir el pago hasta más de 1 mes y, si lo hace unos días antes del cierre del ciclo, logrará retrasarlo sólo los días que queden desde el cierre hasta el vencimiento del resumen.
Esta posibilidad, indica Bastante, “con una inflación mensual promedio del 5%, representa un ahorro para el consumidor”. Y es que, según recomienda Elena Alonso, analista de Grupo Broda, el uso de la tarjeta es conveniente, incluso en un pago, porque da una oportunidad de invertir el dinero en el mientras tanto entre el pago y el vencimiento.
“Lo que se puede hacer es pagar con tarjeta, poner el dinero en un plazo fijo o hacer cauciones bursátiles, y, con esa plata, ya con los intereses ganados, puede pagar la tarjeta”, describe Alonso.
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Tal como lo ejemplifica Juan Pablo Albornoz, de la consultora Invecq, esto es aplicable de la siguiente manera: “Si uno sabe que va a gastar un monto en la compra semanal, quincenal o mensual de los gastos de comida y del hogar, en lugar de pagarlos al contado, se puede colocar esa liquidez en un fondo money market (el riesgo está en que haya un evento con la deuda en pesos y afecte los retornos de esos FCIs) o mismo en cauciones o, con mayor iliquidez, como los plazos fijos”.
Así, asegura que, en caso que el retorno del money market supere el costo de consumir con tarjeta de crédito a un pago (sin intereses, pero sí, con impuestos), es conveniente trabajar los fondos, consumir a crédito y luego saldar el resumen de la tarjeta con lo que uno invirtió inicialmente.