Las ventas minoristas comenzaron el año en negativo, con caídas tanto en la comparación interanual como frente a diciembre. En ese escenario, si bien se prevé un 2023 desafiante en materia de consumo, desde el sector esperan poder mantener los niveles registrados en 2022.
De acuerdo al relevamiento que realiza la CAME, las ventas minoristas pymes descendieron 0,3% anual en enero (medidas a precios constantes). “La recuperación del consumo registrada en diciembre, que había cortado una tendencia negativa durante el último semestre del 2022, no logró mantenerse. En la comparación mensual, frente a diciembre, las ventas se retrajeron 3,4%, aunque esa baja se explica mayormente por la estacionalidad típica de enero”, señalaron desde la entidad.
Además, detallaron que en el primer mes del año “el gasto se volcó más a servicios como turismo, ocio, recreación o gastronomía, postergando compras de bienes habituales de temporada, como indumentaria o calzado. Esos dos rubros vieron mermar sus niveles de ventas frente a enero del año pasado". Otro factor que pudo incidir en la contracción interanual, fue por la elevada base de comparación: es que, tal como señalaron, “enero de 2022 fue un mes bueno”.
Luego de un comienzo de año en negativo, desde el sector aseguran que el 2023 será un año desafiante y que la evolución de las ventas dependerá “del nivel de inflación y el nivel de actividad, con el inconveniente de la falta de divisas”. “Esperamos dificultades, pero también poder mantener mínimamente el nivel de 2022”, destacaron desde CAME. El año pasado, las ventas minoristas que releva la entidad presentaron un crecimiento anual del 1,2%.
Al respecto, un informe de la consultora Abeceb proyectó hace algunas semanas las dificultades que afrontará el consumo en general durante este año: “Con salarios que este año irán quedando relegados de la inflación, familias que ya están sobre financiadas (por los programas Ahora), tarifas de servicios y transportes en alza y los precios de la canasta (como alimentos) que continuarán en aumento, el consumo este año crecerá sólo un 1,7%, lejos de la bonanza del 8,5% que exhibió en 2022”.
Relevamiento
Según detalló el informe de la CAME, “los negocios consultados marcaron que la gente finalizó el año con las tarjetas muy cargadas y eso hizo prevalecer compras de bajos montos”. Justamente, durante enero se registró una contracción en el uso de las tarjetas de crédito en la comparación interanual.
Tal como se desprende del informe elaborado por la consultora First Capital Group, la operatoria con tarjetas de crédito creció en el primer mes del año 6,3% mensual y 80,6% interanual: en el segundo caso, por debajo de la inflación del mismo período, lo que representa una baja en términos reales. “Como se repite todos los años, el período vacacional marca un aumento en el uso de este medio de pago y crédito, pero en esta ocasión, el crecimiento es mínimo en términos reales: sin dudas los consumidores hacen esfuerzos por mantener su presupuesto equilibrado, por una parte; y por la otra, existe cautela de las entidades financieras al momento de ampliar los límites de crédito y de ofrecer mayor cantidad de cuotas para cancelar los saldos”.
Al analizar la evolución de las ventas por actividad, desde CAME señalaron que, de los siete sectores relevados en enero, tres se retrajeron en la comparación interanual , y los cuatro restantes se incrementaron.
En ese sentido, la entidad destacó que en el caso de “Alimentos y bebidas”, las ventas en enero crecieron 3,6% anual y 0,2% mensual, a precios constantes. “El 43% de los comercios medidos señalaron que sus ventas fueron buenas o muy buenas. El mes fue tranquilo. La gente fue medida con las compras, buscó precios, eligió más proporción de segundas marcas, y se llevó pocos productos extras junto con los artículos principales”, detalló el estudio.
En tanto, “Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles” tuvo una contracción del 0,4% anual y del 4,7% mensual, a precios constantes. “La baja frente a diciembre es estacional y era esperable. Las subas de precios, las demoras para reponer stock y las tarjetas de crédito sobrecargadas luego de las fiestas de fin de año limitaron las ventas de este ramo”, remarcaron desde CAME.
En “Calzado y marroquinería”, las ventas retrocedieron 2,5% anual y un 4,1% en la comparación mensual, siempre medidas a precios constantes. “Sólo 28% de los empresarios consultados evaluó que sus utilidades fueron buenas o muy buenas. Para el resto, regular, malas o muy malas”, analizaron.
El rubro “farmacia” fue el que más creció en la comparación interanual (10,7%), pero tuvo una retracción del 6,7% mensual. “Las farmacias medidas tuvieron un mes bueno, pero se esperaba más. Sobre todo, en las ciudades turísticas, donde hubo poco movimiento en relación a la cantidad de gente que circuló. Una queja general de aquellas que trabajan con obras sociales, son las mayores regulaciones de precios que se están dando, e impactan sobre la rentabilidad del negocio”, explicó el estudio.
Por su parte, en “Ferretería, materiales eléctricos y materiales de la construcción”, las ventas subieron 0,4% anual en enero, pero bajaron 2,9% en la comparación mensual. “Textil e indumentaria” tuvo una nueva caída de 14,4% anual a precios constantes, fue el rubro de peor performance. Frente a diciembre, las ventas bajaron 5,6%. “Las tiendas ya venían de un diciembre que no colmó las expectativas y en enero no hubo quiebre de tendencia”, detallaron desde CAME.
Finalmente, en el rubro “perfumería”, las ventas subieron 5,3% anual en enero a precios constantes, pero retrocedieron 8,3% en la comparación mensual. “Se vendieron productos de bajo valor y mayormente de origen nacional. A los comercios de las ciudades turísticas les fue mejor que al resto, destacándose el comprador de paso”, concluyó el informe.