El valor de la hacienda se encareció entre un 35% y 40% en los últimos días. El incremento ya está siendo reflejando en el mostrador en las carnicerías y supermercados. Desde el sector ganadero explicaron que el motivo fundamental es que los feedlots estaban trabajando a pérdida y dejaron de reponer el stock. En este contexto, anticiparon que habrá nuevos incrementos entre marzo y abril.
El coordinador de la Mesa de las Carnes, Dardo Chiesa, afirmó que esta suba se tendría que haber dado “desde hace mucho tiempo”, ya que los engordes a corral estaban perdiendo $100 por kilo. Al respecto, explicó que este proceso no se dio antes porque muchos productores tuvieron que vender los animales de manera forzada, a causa de la falta de pasturas en los campos por la sequía, lo que provocó una “sobreoferta” de ganado.
“En los engordes se estaban perdiendo $100 por kilo. En un novillo de 400 kilos, son $40.000 y en una jaula de 35 cabezas son $1,5 millones. Esto hace que los corrales se vayan achicando y en algún momento no hay más. Los feedlots están un 30% por debajo de su capacidad en promedio. En medida que se vaya acomodando la situación, esto se irá recomponiendo”, aseveró.
El titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (CICCRA), Miguel Schiariti, también dio su mirada sobre el tema. “En los últimos meses, ante la sequía, el productor tenía dos alternativas. Dejaba morir a los animales en el campo o los vendía a un feedlot. Así se fue aumentando la cantidad de los animales en los corrales, perdiendo plata. Esto hizo que la faena creciera entre el 3% y 5% mensual en el último semestre, porque había carne en exceso para la poca demanda que había, ya que el poder adquisitivo está destruido”.
Sin embargo, esa tendencia comenzó a revertirse cuando los corrales dejaron de reponer el ganado. “Hubo un momento en que los feedlots no dieron más, sobre todo por el encarecimiento del maíz, que en enero del año pasado costaba $20.000 por tonelada, cuando hoy cuesta $50.000, precisamente por la sequía que afectó a las expectativas de la cosecha”.
Este proceso, explicó, hizo que disminuyera un 20% el stock de animales en los feedlots. “Empezó a entrar menos hacienda y se disparó el precio, porque cayó la oferta de animales de consumo. Este incremento de la carne debió haber ocurrido entre octubre y noviembre, como pasa históricamente. Pero se demoró y estalló sobre fines de enero, algo que es muy raro”.
Sobre eso, Chiesa agregó que las últimas lluvias además cambiaron las expectativas de los productores, que empezaron a guardar más hacienda en los campos en lugar de venderla a los feedlots. “La sobreoferta (de hacienda) se terminó y en este momento hay escasez”.
El impacto en las carnicerías y supermercados
Chiesa se refirió al impacto que estas subas tendrán en el precio al consumidor. “Cuando hablamos del precio de la hacienda es una cosa, y en el mostrador es otra. Porque ahí también influyen otros factores, como las paritarias, los alquileres y las tarifas (de energía). Porque las carnicerías son empresas que requieren de mano de obra y frío, factores que ya habían subido más que la carne. Por eso, no sé si corresponde trasladar todo el incremento de la carne al mostrador, porque no es el único componente y los otros dos ya se habían actualizado. Creo que cada boca de expendio irá actualizando los precios, dependiendo de si la demanda convalida o no aumentos de esa magnitud”.