El balance del Real Estate argentino deja un saldo que mezcla luces y sombras. Hubo mejorías en las operaciones de compra venta, los precios de venta siguieron hacia la baja pero con una caída menos pronunciada que en 2021 y 2020, la construcción avanzó bastante y se agravó el problema de los alquileres bajo el formato tradicional donde hubo fuertes aumentos junto a una marcada escasez de viviendas en oferta.
Representantes de cámaras inmobiliarias, de colegios de escribanos, desarrolladores y referentes del sector dieron su visión sobre cómo fue el 2022 para el sector. Destacaron aspectos positivos y negativos, pero en líneas generales tienen buenas expectativas. El reclamo más repetido sigue siendo que se genere un programa de créditos hipotecarios para que la actividad vuelva a crecer de manera similar a 2017 o 2005, por ejemplo, que fueron años de muy buena cantidad de operaciones inmobiliarias y de construcción de viviendas.
Crecieron las ventas
Un síntoma favorable para el sector es que sobre el segundo semestre comenzaron a aumentar las compraventas y se culmina el año en niveles similares a los previos a la pandemia, tanto en Buenos Aires como en la Provincia de Buenos Aires. Los datos surgen a través de la cantidad de escrituras registradas por los colegios de escribanos de ambos distritos.
En CABA, hasta noviembre se llevan realizadas casi 30.000 escrituras, con un promedio mensual de 3.200 en el segundo semestre. Este número se asemeja al de 2018. Si bien está lejos de las 5.000 mensuales de los mejores años, hubo un repunte. En noviembre último según el Colegio de Escribanos porteños se hicieron 3.369 operaciones, que representan un 18,5% más en comparación con el mismo mes de 2021.
También hubo mejoría en el ámbito bonaerense donde en noviembre se contabilizaron 9.299 escrituras, frente a las 8.701 del mismo mes de 2021. En cuanto a la evolución mensual, la suba fue del 15,42%, ya que en octubre se habían realizado 8.057 operaciones. Y promediaron las 8.000 por mes y al igual que en CABA se asemejan con 2019.
“Más allá de que los números indiquen una suba continuamos en un contexto de incertidumbre que no nos permite asegurar que la tendencia pueda sostenerse o que se vislumbre la recuperación del mercado en los términos que todos esperamos”, precisó Diego Leandro Molina, presidente del Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires.
En cuanto a alguna propuesta integral de plan crediticio no hubo respuestas por el lado político. En el Congreso nacional “duerme” un proyecto de generar una agencia hipotecaria que propuso en 2021 la Mesa de Vivienda integrada por cámaras sectoriales y que jamás se llegó a tratar. La intención de ese plan es promover el acceso al techo propio a través de un esquema de cuotas a 20 años que se ajusten por Coeficiente de Variación Salarial (CVS), pero es una cuenta pendiente.
Alejandro Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina, dijo a Infobae que “entre la post-pandemia y la coyuntura económica, el balance culmina un año con números de escrituración bastantes interesantes que igualaron a 2015, y no así a 2017 donde hubo fuerte cantidad de operaciones por el boom de los créditos UVA. Esperamos que para el segundo semestre de 2023 se puedan concretar un buen caudal de ventas. Estimamos que muchos ahorristas destinarán su dinero en el ladrillo y no en otras inversiones volátiles como los bonos financieros y las criptomonedas que atraviesan su peor momento”.
Se desaceleró la caída de precios
En 2022 se mantuvo la baja de precios de los inmuebles en venta aunque se desaceleró. Desde 2019 la caída acumulada en CABA se estima entre el 35% y 40% mientras que en la provincia bonaerense roza el 45%, pero en el año que está culminando el descenso oscila en el 8% y puede llegar al 10% en algunos casos.